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Mujeres de hoy

Revelan por qué cuando las mujeres hacen las tareas del hogar, los hombres no lo notan

Las tareas del hogar es de esas cosas que hay que hacer si o sí. No se puede no realizarlas -a menos, desde luego, que se quiera vivir en un chiquero. La teoría de la asequibilidad destaca la diferencia entre los géneros sobre las tareas domésticas, dicen los académicos.

Cuando se trata de una pareja en convivencia, se sabe de sobra que la mayoría de esos trabajos recae sobre la mujer. ​Pero los hombres no lo notan, creen y así lo discuten, que hacen la mitad de todo.

Y esa situación, ese reparto desigual de tareas, sigue siendo visto como "natural". Así entonces, los hombres dan por hecho que aportan por igual en que la casa esté limpia, la comida esté lista, bañados y en la cama los chicos -si se tienen-, entre otras muchas cosas.

Claro, la inmensa mayoría, por no decir todos, sólo notan algo cuando ese algo no está. Mientras las tareas domésticas se hacen "mágicamente" ignoran por completo el trabajo y esfuerzo que hacen las mujeres. Pero, ¿por qué sucede eso?

Unos filósofos creen haber descubierto por qué las mujeres continúan asumiendo una cantidad desproporcionada de tareas domésticas y de cuidado de los niños en la era moderna, pero los hombres creen que hacen la mitad de las tareas del hogar.

Escribiendo en la revista Philosophy and Phenomenological Research , los filósofos Tom McClelland y Paulina Sliwa postulan que la disparidad se debe a la "teoría del cumplimiento": la idea de que experimentamos objetos y situaciones con acciones implícitamente asociadas.

“Defendemos la existencia de una percepción de asequibilidad de género”, dice McClelland. “Sugerimos que las disparidades en el trabajo doméstico y de cuidado surgen no solo como resultado de creencias, deseos y sentimientos profundamente arraigados", agrega.

Y sigue: "Sino también como resultado de diferencias de género en el nivel de percepción: que dos compañeros en el mismo entorno doméstico pueden experimentar experiencias muy diferentes paisajes de asequibilidad”.

La percepción de asequibilidad de género (GDAP, por sus siglas en inglés) significa que "una pareja casada de diferente sexo, Jack y Jill, por ejemplo, pueden diferir en la forma en que perciben el entorno doméstico: cuando Jill entra en una cocina desordenada, ve tareas por hacer -escribe Sliwa-mientras que estas percepciones no le presentan a Jack una tarea correspondiente".

“Es muy plausible esperar que Jill termine haciendo una mayor parte de esas tareas”, afirma Sliwa.

“En el transcurso del día, diferencias tan pequeñas se suman rápidamente a disparidades significativas, y Jack sobreestimará sistemáticamente su contribución al trabajo doméstico y también la contribución de Jill”.

La hipótesis GDAP pone a Jill en una situación catch-22 (NR: es decir, en un “círculo vicioso”)", argumenta Sliwa: “Termina esforzándose en hacer la tarea o esforzándose en ignorarla conscientemente. Además, si Jill quiere delegar la tarea a Jack, esto también requiere esfuerzo de su parte”. .

"Pero la hipótesis del GDAP no significa que las mujeres no puedan pedir cuentas a sus parejas masculinas", añade McClelland. “La falta de sensibilidad a las posibilidades de las tareas domésticas no es una discapacidad visual; no es como, digamos, daltonismo”, dice. “En ausencia de la percepción de la capacidad, aún puede razonar su camino hacia lo que se debe hacer”.

Agrega: "Además, si Jack es consciente de sus puntos bajos de rendimiento, debe tomar precauciones... puede adoptar la resolución de comprobar si hay migajas cada vez que espera a que se haga el café".

Pero el “tirón” filosófico de Jill hacia vaciar la papelera no equivale a una afinidad natural por las tareas del hogar. McClelland afirma: "Las normas sociales y los panoramas de acceso de los individuos están inextricablemente vinculados: las normas sociales dan forma a los accesos que percibimos".

Sin embargo, esto significa que los esfuerzos individuales no son suficientes para cambiar el statu quo: "la sociedad necesita intervenciones a nivel de políticas, como una licencia parental más prolongada".The Guardian.

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