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Mujeres de hoy

Parto en el mar: riesgos de esta práctica que acaba de hacerse viral

Últimamente circulan por las redes sociales algunos vídeos que se han hecho virales de mujeres pariendo en el mar. Esto ha generado cierta controversia en la comunidad médica y entre matronas y especialistas en salud materno-infantil.

Hoy vamos a tratar de matizar cierta información. ¿Tiene ventajas parir en el agua?, ¿se puede? Por supuesto.

Ventajas del parto en el agua

El parto en agua, también conocido como "parto en la bañera" o "parto en piscina", es una opción cada vez más popular para algunas mujeres. Se realiza en un ambiente controlado, como una sala de partos en un hospital, en un centro de maternidad o en un domicilio, pero acompañado de personal especializado. Donde se han tomado precauciones para garantizar la seguridad tanto de la madre como del bebé.

El agua caliente proporciona un entorno relajante y calmante, lo que puede ayudar a reducir el dolor y la tensión durante el parto. Flotar en el agua facilita los cambios de posición y movimientos durante el parto, lo que puede ayudar a la madre a encontrar la posición más cómoda para dar a luz. Además, la flotación en el agua disminuye el peso del cuerpo y alivia la presión sobre las articulaciones, lo que puede ser beneficioso para las mujeres con dolor lumbar o en la pelvis durante el trabajo de parto.

El ambiente acuático puede reducir la ansiedad y promover la liberación de endorfinas, lo que ayuda a la madre a relajarse y afrontar el proceso de parto de manera más tranquila. Sumergirse en agua tibia puede mejorar la circulación, lo que beneficia tanto a la madre como al bebé durante el parto. Para el bebé, el nacimiento en agua proporciona una transición más suave del entorno intrauterino al mundo exterior, ya que el agua mantiene una sensación similar al líquido amniótico.

A pesar de las ventajas mencionadas, es importante aclarar que el parto en agua no es adecuado para todas las mujeres. Es fundamental consultar con un profesional de la salud, como una matrona o un obstetra, para evaluar la idoneidad de esta opción en función de la historia médica de la madre y el progreso del embarazo.

¿Qué ocurre entonces con el parto en el mar?

Aunque puede sonar romántico, parir en el mar puede conllevar más riesgos para la madre y el bebé. Algunos de los principales problemas son la falta de control sobre la higiene y el ambiente. En un entorno natural como el mar, es difícil mantener el mismo nivel de higiene y control que se tendría en un entorno hospitalario. Aunque nos encantaría pensar que el mar pudiera estar igual de limpio que una piscina o una bañera, no es así. El agua del mar puede contener bacterias, parásitos y otros contaminantes que aumentarían el riesgo de infecciones tanto para la madre como para el bebé.

Además, el mar es un entorno natural y, por lo tanto, impredecible. Las mareas, las olas y el clima pueden cambiar rápidamente, lo que podría poner en peligro la seguridad de la madre y el bebé durante el parto. En caso de complicaciones graves durante el parto en el mar, como una hemorragia postparto o un sufrimiento fetal agudo, el acceso rápido a atención médica y equipos especializados puede estar limitado.

Parir en el agua, especialmente en el mar, aumenta significativamente el riesgo de ahogamiento tanto para la madre como para el bebé. Esto se debe a que, en el mar, las olas y las corrientes pueden ser impredecibles y dificultar el control del cuerpo de la madre durante el proceso de parto.

Es importante resaltar que, hasta la fecha, el parto en el mar no es una práctica médica respaldada ni recomendada por organizaciones de salud reconocidas, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) o la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Los riesgos asociados con esta práctica superan los beneficios potenciales y, por lo tanto, no se considera seguro.

Si una mujer está interesada en un parto más natural o con un ambiente acuático, existen opciones más seguras y controladas, como el parto en agua en una piscina especialmente diseñada para estos fines, que ofrece un ambiente más seguro y monitoreado por profesionales de la salud especialistas como son las matronas y obstetras. La seguridad y el bienestar tanto de la madre como del bebé deben ser la principal consideración en cualquier decisión relacionada con el parto.

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