Filippo Ongaro, certificado en medicina antienvejecimiento y medicina funcional en Estados Unidos, acaba de publicar su décimo tercer libro, The Longevity Mindset. En una entrevista en Corriere della Sera destaca que "para envejecer de forma saludable no se necesitan dietas drásticas, sino muchos pequeños cambios", y añade que "esos pequeños hábitos deben convertirse en rutinas diarias y mantenerse a largo plazo".
Pero antes de ello, Ongaro recomienda: "Hay que dejar de considerar el ejercicio o la alimentación saludable como sacrificio o disciplina".
Tres pequeños cambios para envejecer mejor: ejercicio, alimentación
La primera de las recomendaciones del experto en longevidad es incluir el ejercicio en nuestra vida: "Cualquier persona que nunca haya hecho ejercicio puede empezar caminando 10 minutos al día, todos los días, durante unos meses. Obviamente, este no es el nivel óptimo de actividad física, pero es suficiente para empezar si se parte de un estilo de vida sedentario. Luego se convertirá en un hábito, lo que generará gratificación, y será fácil aumentar gradualmente el nivel de actividad física", explica.
También cuenta la alimentación. Y en este aspecto Ongaro afirma: "Nada de dietas drásticas, sino microcambios. Puedes empezar incluyendoverduras en cada comida". Para que te sea más fácil de cumplir, el experto propone comprometerte, además, a empezar con ellas y después continuar por el resto del plato.
"Cuando esto se vuelva automático, sustituye los cereales refinados por integrales. Una vez que esto también se simplifique, puedes intentar cambiar a un plato único: mitad verduras, mitad cereales integrales y proteínas, es decir, pescado, carne, legumbres, huevos y lácteos. Aquí también, la clave es la gradualidad, para no crear shocks que puedan hacer que el cerebro se desvíe", recomienda.
El tercero de los cambios que propone Ongaro es respetar los descansos y tomar buenas decisiones, algo que, afirma el experto, es más sencillo por la mañana: "Es más fácil tomar decisiones difíciles por la mañana que por la noche: esto se llama fatiga de decisión , lo que significa que la calidad de las decisiones disminuye a medida que aumenta el número de decisiones. Por esta razón, es más fácil prestar atención a lo que comemos en el desayuno que por la noche, cuando busco energía y dopamina, y la comida satisface estas dos necesidades".