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Mujeres de hoy

Descubrió qué hacer para tener éxito en las citas y lo cuenta en el bestseller “Adiós cachorra”

“No sos vos, no estás fallada”, explica Lucía Numer Bellomi. La autora transformó lo que sabía en ficción y desde allí da consejos prácticos como “chateá poco” y “tu vida es un VIP”.

Adiós cachorra, el primer libro de Lucía Numer Bellomi, es fruto de las redes sociales y de las aplicaciones. Mucho antes de convertirse en una novela, el tema de las citas amorosas ya era recurrente en los videos de su canal de youtube, las entradas de su blog de maquillaje: “Pipi cucú”, para la revista Oh Lalá, y en los posteos en su cuenta de Instagram donde tiene 185.000 seguidores. Tiempo después llegaría el curso online. Todo con un mismo objetivo: conocer gente y pasarla bien en las citas.

Al libro le está yendo muy bien. Está entre los más vendidos en la Argentina.

Lucía Numer Bellomi es maquilladora y tuvo durante años un estudio propio al que iban muchas chicas a tomar clases. También maquillaba a actrices modelos y escritoras. Con todas llegaba a un momento de la conversación en el que solo hablaban de lo mismo: por qué le iba tan bien a algunas en las citas y tenían vínculos saludables con los hombres y a otras, -como a ella-, no paraba de irles mal una y otra vez.

"Siempre hablé de las citas. Siempre fue un enigma para mí y notaba que era un enigma para todos. Como un tema tabú, algo de lo que no decíamos mucho. Se hablaba de las relaciones en sí, de cómo entender al hombre una vez que estás en una relación. Ahora, de la transición no. Y empecé a abordar eso, pero por intriga, por un tema personal y tanto en el estudio como en las redes lo hablaba todo el tiempo. Me puse a investigar y a leer”, dice Lucía, vía zoom al otro lado del océano, porque está viviendo en Europa desde hace unos meses.

A esa lectura e investigación se le sumó su propia terapia, su búsqueda personal y más lecturas de divulgación feminista, textos de sociología, psicología y neurociencia. Mirando con detenimiento qué hacían las mujeres a las que les iba bien en las citas. “Identifiqué como el comportamiento de ellas frente a los hombres era completamente distinto al mío. No tenía que ver con cómo se vestían, cómo se peinaban, cuánto pesaban, ni cuál era su profesión. Entonces ahí empecé a probar, a salir, a tener citas y a comportarme distinto. Y comportándome distinto recibía otros estímulos, seguí probando y después recomendaba en redes lo que me funcionaba”, recuerda.

Y en 2020 llegó la pandemia. Lucía tuvo que cerrar su estudio y se volcó a su Instagram, donde inauguró con mucha repercusión la sección: “el oráculo”, donde daba consejos y tips para conocer hombres y tener salidas exitosas. De alguna manera sintió que tenía que formalizar todo eso que venía compartiendo en redes.

“Tenía ganas de aportar algo, de hacer algo más desde adentro. Y además veía que a las chicas les servía todo lo que les decía. Porque la forma en la que lo cuento es muy desde la experiencia. Atravesé y observé mucho el comportamiento de los hombres. Salí un montón, y me pasó todo lo que te puede pasar, pero mil veces. Planteo escenarios que pasan todo el tiempo. Entonces aparezco para decirles: Esto es lo que te puede pasar. Esto es lo que suele pasar. Aceptá que todo lo que aprendiste con Cris Morena en Casi Ángeles y lo que nos mostró Disney no es real”, dice Lucía. Y explica que en parte el problema es generacional y se vio acentuado por el uso de las redes sociales y zanjó una distancia entre aquellas que pueden manejarse en este nuevo entorno y aquellas que no.

“Hay una nueva forma de relacionarse y es menos color de rosa, menos romántica. Po eso hay que sacarle el autoflagelo. No te rechazan porque sos muy petisa, o muy alta, o muy gorda, o muy flaca, o porque no sos profesional o no sos tan graciosa. No sos vos: todo se reduce a la forma de presentarte, nada más. Y eso es muy liberador, sentir que no estás fallada, sino que simplemente tenés que aprender a comunicarte mejor. Es mucho más fácil”, sostiene Lucía.

Esos posts de Instagram en donde fue escribiendo y organizando su propia experiencia se convirtieron un curso online: “Adiós cachorra”. De ahí el nombre de la novela. La diferencia radical es que, si bien los contenidos del curso están en el libro, hay una reformulación literaria, una historia de ficción. Las protagonistas son tres mujeres muy distintas entre sí: Ava, una australiana de treinta años que viene de tener citas fallidas, Oli, una arquitecta de veintisiete años estadounidense, que acaba de sufrir un desengaño amoroso e Isa, una española que atraviesa una crisis profunda porque se divorció recientemente de su marido después de años de matrimonio. Las tres coinciden en un viaje a París, e inician juntas un camino de aprendizaje a través de los consejos y la experiencia de Lili, a quien conocerán apenas lleguen a la ciudad de las luces.

En el libro, por medio de la voz narradora de Rita, aparecen reflexiones y cuestionamientos, referencias que buscan incluir a las lectoras, mientras las protagonistas transitan sus propias experiencias.

“Así que no la juzguemos. Y si vos, querida lectora, te estás viendo reflejada en el sentir de Oli a pesar de haber crecido en una casa donde se te enseñó a ser independiente de los hombres, de todas formas, sentís que sin uno a tu lado tu vida no tiene mucho sentido, pues ya sabés de dónde vienen las creencias. No sos vos, no estás fallada, ni rota: es la historia de la humanidad la que manipuló tus creencias. Es normal querer estar en pareja con un par, es normal desearlo. Lo que no estás bien es que te desdibujes, como Oli. No está bien que dejes todo lo que lograste de lado.

Está mal que te hagas chiquita para hacer que el otro se vea más grande. Es normal, sí, por todo lo que te conté y por todo lo que conté antes. Pero es hora de que nos demos cuenta de que no sirve para nada. Nos quita poder, nos quita independencia y no ganamos nada más que llenarnos de inseguridades”.

Basta de “cachorrear”

“La idea principal del libro es que el mensaje les legue a las chicas para que dejen de cachorrear y reinoneen. Ahora para que ese mensaje llegue de la manera más fuerte posible, lo quise hacer ficción, metiendo personajes con distintas personalidades que choquen un poco entre sí y se cuestionen las cosas. Que haya distintas voces, que son las voces que yo recibo en Instagram y también para responder las preguntas que se van a ir haciendo las lectoras a medida que avancen con el libro”, explica Lucía.

La propuesta de la novela es seguir de cerca a las protagonistas durante todo el viaje para que logren ser ellas mismas sin querer resolver o complacer todo el tiempo al otro. Sin abandonar su personalidad y sus deseos en pos de conocer a alguien, que es lo que les pasa a Oli y a Ava. Y es Rita la encargada en señalarles que lo están haciendo otra vez, que se están dejando de lado, para que puedan registrar su propio accionar. En un tono cómplice, pero a la vez enfático.

- “Es Ben, Rita. Ben. Es el hombre de mi vida, lo amo fuerte hace dos años.

Si Ben realmente fuera el hombre de tu vida, ¿no creés que intentaría que te sientas bien? ¿El hombre de tu vida no se preocupa por tu bienestar? ¿Vos realmente creés que al hombre de tu vida no le importa en que parte del mundo estás? Querida lectora, te pregunto lo mismo sobre TU Ben. Sé sincera con tus respuestas.

- Ben está muy ocupado siempre, no entendés nuestra relación- dice Oli harta de mis lecciones.

Sí que entiendo, no te olvides de que vos sos una parte de mí. Sé perfecto lo que sentís. Vos creciste creyendo que los hombres solo miran a las mujeres cuando ellas hacen algo por ellos. Creciste creyendo que el hombre provee dinero y llega a su casa a poner cara de nada y a recibir favores. No es así, Oli. Las parejas son PARES, pares que se acompañan (le hablo a Oli y te hablo a vos, lectorcita querida). Nadie es más que nadie, el trabajo de ninguno es más importante que el del otro.

Oli revolea los ojos como una adolescente y mira al teléfono que volvió a sonar con ese ringtone tan ansiado”.

Vulnerables

“Cuando nos presentamos en una cita queremos gustar. Entonces nos maquillamos, nos peinamos, nos imponemos una forma en la que estamos queriendo agradar. Esa es la cachorra que sale en la cita y que no necesariamente sos vos. La idea es tratar de ser una misma, pero sin lastimarse porque la cachorra es muy vulnerable y a la cachorra se la hiere muy fácil, porque se abre y está todo el tiempo queriendo agradar y es un esfuerzo tan grande que termine totalmente herida cuando no la aceptan. Pero si vos vas a la cita, te sentás un poquito más para atrás en la silla, te respetás un poco más, lo ves al otro, no te preguntas tanto qué le gustó. Te decís: bueno, ya está, yo estuve plantada, estuve en mí, ya está. Es simplemente eso”, dice Lucía. Y cuenta que cuando aprendió a registrar su actitud, cambió radicalmente la forma de relacionarse con los hombres. Y nunca dejaron de llamarla y de mantenerse en contacto.

Al final del libro, después de seguir a las protagonistas en el camino hacia su transformación, hay una suerte de apuntes y consejos para que las lectoras tengan presente cuál es la actitud que deben tener mientras están teniendo citas.

“5. CHATEÁ POCO!, no seas chatera, no alargues los chats. Por algún extraño motivo los hombres se alimentan a chats. Pueden chatearte durante años y no verte. No lo alimentes. Respondé lo más corto posible: graciosa, amorosa, pero cortito y pausado. Revisá el mensaje que mandamos cuando estábamos cerca de Little Red Door.

12. Las primeras veces no develes mucho de tu vida. Tranqui, que vaya descubriendo de a poco.

14. Fíjate qué tiene él para traerle de valioso a tu vida. No te concentres en cómo podés hacer para que él te elija. TU VIDA ES UN VIP”.

Adiós cachorra está pensado y escrito para que las chicas que quieren estar en pareja se sientan acompañadas mientras atraviesan el proceso de conocer gente. Y para validar ese deseo. Que no va en contra de ser independiente, profesional y exitosa. De hecho, el año pasado Lucía se casó y si bien lo compartió en sus redes con sus seguidoras no lo consideró un acontecimiento excepcional, ni le parece un logro significativo.

“Sí, me casé, pero no es que te casás y se termina algo, no se soluciona nada, empiezan unos quilombos nuevos. Lo que sí puedo decirte es que estoy con una persona que por ahora parece súper sana, me quiere bien, me cuida y es una relación de pares. Pero yo te hablo de la parte de las citas, de lo que pasa después no tengo idea”, dice y explica que lo más importante es el trabajo personal que propone el libro. El desafío que implica mirarse y estar dispuestos a hacer cambios.

“El objetivo final no es que las chicas se casen, el objetivo final es que las chicas entiendan su valor y que actúen en todos los ámbitos desde el reconocimiento de su valor.” Y destaca: “Que entiendan que por el simple hecho de existir merecen todo”.

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