Llevar mascarilla durante gran parte del día provoca que, sin darnos cuenta, elevemos nuestro tono de voz. Esto puede acabar favoreciendo la ronquera o disfonía. Te ayudamos a reducir tu riesgo con sencillas medidas.
Las mascarillas hace meses que forman parte de nuestro día a día y seguro que, desde que las empezamos a utilizar, en más de una ocasión has notado que te cuesta más entender lo que te dicen. Al fin y al cabo, actúan como una barrera física también en lo que al sonido se refiere.
- "Al tener la mascarilla delante de la boca, la voz se apaga y tenemos que forzarla más", aclara el Dr. Rafael Barona de Guzmán, Jefe de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital La Salud. Esto provoca, además, que hagamos menos pausas al hablar y tensionemos más nuestras cuerdas vocales, añade.
Las mascarillas quirúrgicas reducen entre 3 o 4 dB el volumen, y las N95, hasta 12dB
- No solo hablamos más alto al usar la mascarilla, también es algo que se da de forma frecuente durante las videollamadas, argumenta el doctor Barona. Y no hay que olvidar que la pandemia ha aumentado notablemente esta forma de comunicarnos.
UN SOBREESFUERZO PARA LAS CUERDAS VOCALES
"La calidad del habla, en combinación con el ruido del ambiente, la distancia social y la falta de información visual (la mascarilla elimina la posibilidad de leer los labios) hace que el habla en muchos casos se vuelva ininteligible, y eso es lo que hace que forcemos nuestra voz"
¿Puedo esto acabar teniendo consecuencias en nuestra salud? Son varios los colegios de logopedas que han empezado a alertar sobre un aumento de la incidencia de las disfonías, lo que popularmente se conoce como ronquera (se habla de ellas cuando la voz se altera debido a la irritación de las cuerdas vocales).
Las disfonías provocadas por un aumento de la tensión en las cuerdas vocales favorecen la aparición de otros trastornos, como los nódulos o incluso la afonía (o pérdida total de la voz).
9 CONSEJOS PARA CUIDAR TU VOZ
Las siguientes medidas te ayudarán a que este esfuerzo continuo al hablar no te acabe pasando factura:
- Sube el volumen, pero sin llegar a gritar. Cuando lleves un rato hablando, observa si el tono que estás utilizando es demasiado alto. Y, si es así, intenta reducirlo.
- Habla más despacio. Al hacerlo, el choque de las cuerdas vocales será menor, y esto reducirá el riesgo de acabar ronco o sin voz.
- Coge aire por la nariz. Al llevar la mascarilla podemos tener la sensación de que respirar cuesta más, y esto hará que inspiremos por la boca sin darnos cuenta.
- No hay que olvidar que, al no pasar por la nariz, el aire no se humidifica ni se calienta, por lo que puede irritar aun más las cuerdas vocales. Por eso es importante procurar inspirar por la nariz.
- Bebe agua con frecuencia. Es la manera más sencilla de hidratar la garganta y reducir, así, el riesgo de que las cuerdas se acaben dañando.
- Evita ciertos hábitos. El tabaco es uno de ellos, porque el humo irrita de forma continua las cuerdas vocales.
Tampoco te conviene tomar alcohol en exceso: hacerlo, además de favorecer la deshidratación en la zona, puede acabar debilitando la musculatura de la garganta (lo que facilita que las cuerdas vocales se acaben dañando).
- Llama la atención de tu interlocutor antes de empezar a hablar. Hacer más gestos con las manos es una buena manera de lograrlo.
- No empieces a hablar sin que haya un contacto visual previo.
- Si debes hablar constantemente debido a tu trabajo (es algo que, por ejemplo, les ocurre a los profesores), valora la posibilidad de utilizar un micrófono.
- Durante las videollamadas o sesiones online, pactad entre todos los miembros una manera de conversar que evite que los interlocutores se pisen unos a otros.
Por ejemplo, podéis esperar unos segundos antes de intervenir después de otra persona. Silenciarse cuando no se está participando ayudará, además, a evitar ruidos de fondo.
Por último, Carolina Vittar incide en la importancia de tener muy presente que "mientras nos cuidamos todos utilizando la mascarilla, también debemos cuidar la voz".
