Diego Iglesias y Martín Uriona, fiscales federales, fueron denunciados por Aníbal Ibarra por utilizar a un narcotraficante como testigo protegido para justificar que llevan adelante las investigaciones de la causa Sapucay que tiene como imputados al exjuez federal Carlos Soto Dávila y varios de los secretarios del tribunal.
En la presentación, Ibarra explicó que "para evitar que la maniobra fuera descubierta, los fiscales hicieron declarar al supuesto testigo con identidad reservada, pantalla apagada y sistema de distorsión de voz".
Al respecto Ibarra manifestó saber quién era el supuesto testigo y demostró que no era tal, sino un narco que incluso estaba nombrado en la causa como narcotraficante y tenía varias conversaciones con miembros de la banda en donde aparecía comercializando o interviniendo en el tráfico de drogas.
La maniobra denunciada fue ejecutada durante los años 2017/18 hasta la actualidad. "El falso testigo declaró inicialmente en marzo del 2017 y lo presentaron en el juicio oral que se lleva a cabo en Corrientes hace un par de meses", indicó el abogado defensor.
Finalmente, Ibarra pidió al tribunal de Corrientes que separe a los fiscales, que formulen la correspondiente denuncia penal y que se declare nula la declaración falsa del narco que los fiscales hicieron pasar como testigo.
