Tras sesenta días de consultas, Emmanuel Macron ha nombrado como primer ministro, jefe de gobierno, a Michel Barnier (73 años), conservador moderado, europeísta, que hace tres años declaraba: «Francia no ha estado bien gobernada por Macron, ni el interior ni en el exterior, comportándose de una manera solitaria y arrogante».Tres años después, el Elíseo anunció a las 13,15 del jueves el nombramiento de Barnier con este comunicado oficial: «El nombramiento interviene tras un ciclo inédito de consultas, a lo largo de las cuales, como es su deber constitucional, el presidente se ha asegurado que el primer ministro y el gobierno que vendrá reunirán las condiciones más estables posibles, contando con las oportunidades necesarias para la unión política lo más grande posible».En términos políticos, todo está dicho…Noticia Relacionada estandar No El reto del nuevo primer ministro francés: buscar dinero para pagar las deudas Juan Pedro Quiñonero | Corresponsal en París Necesitará 100.000 millones de euros para sanear las finanzas públicasMacron reconoce que un largo rosario de posibles primeros ministros fueron descartados, ante el riesgo de ser vetados o censurados inmediatamente, por la extrema izquierda o la extrema derecha.Derecha y extrema derecha vetaron a la candidata de las izquierdas. Las izquierdas vetaron a candidatos conservadores o socialistas muy moderados. Descartadas numerosas candidaturas, el presidente ha elegido un candidato que tiene una larga trayectoria política, como conservador histórico, moderado y europeísta.Macron espera poder formar un nuevo gobierno más o menos ecuménico, presidido por Barnier. Se trata de un proceso inflamable que requerirá varios días de negociaciones entre el nuevo primer ministro y el presidente.Barnier fue ministro de Asuntos Exteriores de Jacques Chirac, ministro de Agricultura de Nicolas Sarkozy, ministro del Medio ambiente de François Mitterrand. Senador, diputado, durante varias décadas, también fue comisario europeo, responsable de las negociaciones del Brexit, entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE). Esa experiencia, excepcional, política, nacional y europea, ocupando cargos de primera relevancia, impone un respeto considerable.De entrada, Marine Le Pen, a la extrema derecha, se ha tomado unas horas de «respiro», antes de comentar el nombramiento.En el PS y el Nuevo Frente Popular (NFP), por el contrario, las reacciones son muy negativas.Olivier Faure, líder socialista, ha declarado: «El presidente perdedor nombra primer ministro a un hombre que pertenece a un partido que apenas llegó en cuarto lugar. Se trata de la negación de la democracia. Entramos en una crisis de régimen ».Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), ha declarado: «Nos han robado la elecciones. Las izquierdas ganamos las elecciones anticipadas. El presidente debía nombrar a un hombre o una mujer de nuestra sensibilidad política. Un atraco». Mathilde Panot, amiga de Mélenchon, insiste: «Macron no respeta la soberanía popular: elige a un hombre de la familia política perdedora».Tras el nombramiento, comienzan varias cohabitaciones paralelas.Barnier no ha ocultado nunca sus «reservas» políticas de fondo contra Macron: «Altivo, orgulloso, soberbio, que ha gobernado mal, en el interior y el exterior». Presidente y jefe de gobierno tendrán que hacer concesiones de cierto calado.Marine Le Pen duda entre el rechazo y la aceptación provisional, a la espera de acontecimiento. Las izquierdas del NFP comienzan por desenterrar el hacha de guerra política.