
La dirigencia palestina anunció hoy que mantendrá su boicot y que miles de fieles musulmanes continuarán rezando en las calles externas de la Ciudad Vieja de Jerusalén hasta que Israel no retire todas las medidas de seguridad que colocó en la entrada de la Explanada de las Mezquitas, uno de los lugares sagrados del islam en el mundo y el detonante de la última escalada de violencia en la región.
El presidente de Palestina, Mahmud Abbas, dijo que no retomará las relaciones con Israel hasta que sean retiradas todas las medidas de seguridad en el lugar, como las cámaras de vigilancia, horas después de que el gobierno israelí quitara los detectores de metales colocados en el ingreso a la Explanada de las Mezquitas, en un intento por rebajar la tensión y la violencia que se vive desde hace una semana en los territorios ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania.
Por su parte, la ONU asumió una posición intermedia al respaldar la retirada por parte de Israel de los detectores de metales del acceso a la Explanada de las Mezquitas y expresar su confianza en que esta medida permitirá poner fin a la crisis en Jerusalén.
Sin embargo, la tensión sigue dominando la simbólica ciudad.