El papa Francisco condenó hoy el ¨brutal acto de violencia¨ del atentado suicida que ayer dejó al menos 71 muertos y 128 heridos en un hospital de Pakistán. “Profundamente entristecido por la pérdida de vidas tras el ataque a un hospital en Quetta”, en Pakistán, su Santidad envía sus “sentidas condolencias a los familiares de los fallecidos, a las autoridades y para toda la nación”, señala el telegrama, firmado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, dirigido a las autoridades eclesiales y civiles de Pakistán, en el que el pontífice mostró su cercanía con las víctimas.
El papa Francisco condenó hoy el "brutal acto de violencia" del atentado suicida que ayer dejó al menos 71 muertos y 128 heridos en un hospital de Pakistán.
“Profundamente entristecido por la pérdida de vidas tras el ataque a un hospital en Quetta”, en Pakistán, su Santidad envía sus “sentidas condolencias a los familiares de los fallecidos, a las autoridades y para toda la nación”, señala el telegrama, firmado por el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, dirigido a las autoridades eclesiales y civiles de Pakistán, en el que el pontífice mostró su cercanía con las víctimas.
Francisco “ofrece la seguridad de sus oraciones para tantas víctimas heridas de este brutal acto de violencia sin sentido”, agrega el mensaje en referencia al ataque de ayer que dejó, hasta ahora, 71 muertos y 128 heridos en un hospital de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán.
Además, el telegrama sostiene que el obispo de Roma “invoca los dones divinos del consuelo y la fortaleza” para todos los afectados en la tragedia provocada por un ataque suicida con explosivos.
Un hombre con ocho kilos de explosivos se suicidó el lunes al hacer detonar las bombas en la entrada de emergencias del Hospital Civil de Quetta en un atentado relacionado con el asesinato poco antes del presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, cuyo cadáver había sido trasladado a ese centro.
El grupo talibán Jamaat ul Ahrar, escisión de la principal formación insurgente de Pakistán, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), reivindicó el atentado y amenazó con nuevos ataques.
Con posterioridad, el grupo terrorista Estado Islámico (EI) también reclamó la autoría de la matanza en un comunicado difundido por su agencia de noticias Amaq.
