
Al menos dos personas murieron este sábado en la ciudad nicaragüense de Masaya, donde la Policía usó armamento pesado contra los manifestantes, mientras cinco universitarios que se encontraban atrincherados en un recinto resultaron heridos, tras un discurso del presidente del país, Daniel Ortega.
Un fuerte combate se desató en Masaya (sureste), símbolo del levantamiento popular contra Ortega, después de que el mandatario nicaragüense diese un discurso con el que concluyó el festejo sandinista del "repliegue".
El uso de armamento pesado por parte de la Policía antimotines fue constatado por Efe durante el enfrentamiento.
El combate tuvo como epicentro el Parque Central de Masaya, donde desemboca el barrio indígena de Monimbó, todavía lleno de barricadas y el último gran bastión de los manifestantes que se han levantado contra Ortega para exigir su renuncia.
Todo comenzó cuando Ortega concluía su discurso en una comisaría de Policía, rodeado de un fuerte operativo de seguridad compuesto por las denominadas "fuerzas combinadas", que integran policías, parapolicías, antimotines y paramilitares.
En esta ocasión, el presidente también contaba con un círculo de seguridad compuesto por miembros de la Juventud Sandinista, vestidos de negro, identificados con sus logos y armados con pistolas.
Cuando Ortega pronunciaba sus últimas palabras, sonó un disparo que desató la tensión en la caravana oficialista, compuesta por miles de simpatizantes.
La imagen contrastó con la que registraron las cámaras de los medios oficiales a la llegada del mandatario, que conducía sonriente acompañado por su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
Inmediatamente los policías buscaron cómo cobijarse de las balas para escoltar a Ortega, mientras otro grupo se dirigía al Parque Central.
Al otro lado, los opositores se habían atrincherado tras los "tranques", como denominan a sus barricadas.
Allí uno de sus líderes de las revueltas populares, quien prefirió ocultar su identidad, explicó a Efe que "la rendición no se contempla" en su vocabulario.
El ataque armado de las fuerzas de seguridad y parapoliciales fue simultáneo en otro punto: la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), donde se encontraba atrincherado un grupo de universitarios desde mayo pasado para protestar contra Ortega.
Ese ataque dejó al menos cinco estudiantes heridos que en un primer momento fueron atendidos en la parroquia Divina Misericordia, cerca del recinto de la UNAN-Managua, en el sur de la ciudad, donde evacuaron a cientos de estudiantes.
Los estudiantes explicaron que fueron atacados por sorpresa con armas de guerra por las "fuerzas combinadas" mientras Ortega terminaba su discurso.
"Los estudiantes de la UNAN #Nicaragua habían abierto una discusión días atrás para una desocupación espontánea y pacífica. La respuesta que reciben: un ataque inadmisible. Se debe cesar fuego y permitir la entrada de la Comisión de Verificación y Seguridad", escribió el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, en Twitter.
El Gobierno había advertido con anterioridad de que las clases deberían ser restablecidas en la UNAN-Managua.