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Monseñor Canecin: ¡Qué pena me da como afloro nuevamente las grietas!

El obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, presidió el 13 de septiembre la misa dominical en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”. En su homilía reflexionó sobre “el corazón de un Dios dispuesto siempre a perdonar” y animó a tener “la experiencia de la misericordia y de la compasión” al tiempo que lamentó “actitudes generadoras y profundizadores de grietas”.

“La única deuda que debe haber entre ustedes es la deuda del amor mutuo” dijo el obispo al relacionar los textos que se leyeron en las misas domingos anteriores porque “el que ama ha cumplido toda la ley y, el amor es lo único que no hace daño”.

La Palabra proclamada este domingo “nos revela el corazón de nuestro Dios” porque nuestro “Dios es un Dios amor, indulgente siempre dispuesto a perdonar, siempre dispuesto a recibir al que cae o tropieza” remarcó.

Planteo que “puede ser que condicionado por muchas experiencias humanas o por una catequesis deficitaria no tengamos la experiencia de este Dios mostrado, revelado, enseñado por Jesucristo” y, a veces, “terminamos afeando el rostro de nuestro Dios” por eso “¡que lindo que podamos corregir o rectificarlos!”.

“Hoy se nos muestra el corazón de un Dios dispuesto siempre a perdonar” dijo al meditar el Evangelio del domingo, que describe el suceso sobre los dos siervos deudores.

En ese sentido, consideró “que lindo hacer la experiencia de la misericordia y de la compasión”, porque, “el corazón de Dios se conmueve y se compadece frente a nuestra debilidad, fragilidad y límites, vulnerabilidades y pecados. Así es el corazón de nuestro Dios y es el Dios que nos ha mostrado Jesucristo”.

“Hermanos, si tenemos un Dios con esta característica, con este corazón y con este rostro, volvamos a este Dios con confianza filial, esa confianza propia de los hijos con su padre" animo, porque "solo quien hace la experiencia puede luego vivirla con los demás”.

Advirtió “No basta con saber que Dios es amor para amar, no basta con saber que Dios perdona para perdonar, no basta saber que Dios es indulgente para ser uno indulgente con uno mismo, con los hermanos o con la creación”.

“Necesitamos la experiencia vital, existencial, honda y profunda, que conmueva nuestras entrañas y que transforme nuestro corazón” planteó.

Detalló que “a veces la catequesis es deficitaria”, porque, “la buena voluntad del catequista transmite conceptos o transmite ideas, pero, no transmite experiencias. Solo quien ha tenido la experiencia es capaz de hacer experimentar a los demás, eso también, a veces nos pasa a los curas” lamento.

“¡Qué pena me da como afloro nuevamente las grietas!” expresó el obispo, porque “parecían que se querían tapar en la Argentina, en el ambiente y en la relación de los políticos, nuestras autoridades y gobernantes. ¿Qué puede esperar el Pueblo Argentino, si las autoridades que están sobre el tapete tienen estas actitudes generadoras y profundizadores de grietas, que les impiden aunar esfuerzos para pensar en el bien común?” afirmó.

El Obispo Adolfo Canecin hizo este domingo, un llamado al perdón, recordando: “Las veces que la Iglesia ha hablado de reconciliación, pensamos que es tender un manto de unidad sobre la historia de la Argentina. El pasado y el presente. El perdón supera la justicia, porque, para Dios la justicia es ser misericordioso e indulgente” consideró.

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