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Interior

Mitos del Cristo yacente y la pila bautismal

Vestigios del aporte de las misiones jesuíticas en la historia de Yapeyú.

Entre los múltiples objetos que están exhibidos en el Museo Histórico de Yapeyú, se encuentran dos obras de arte que están relacionadas a la religión. No podía ser de otra manera cuando el origen del pueblo se remonta a la llega de las misiones jesuíticas.

Una de ellas es la imagen de un Cristo yacente que, según Hada Irastorza, tiene todas las características de una pieza del barroco jesuítico guaraní. “Se podría decir que es del 1700, pero no hay certeza. En general, lo que pasa con las piezas arqueológicas si no se hace un registro de dónde fueron encontradas, en algún momento se pierde esa trazabilidad y es muy difícil asegurar o aseverar que esa pieza fue de la Iglesia principal o de una capilla o de dónde fue”, contó la coordinadora de Musealización.

Precisamente, por estas cuestiones de falta trazabilidad de las piezas encontradas, se tejen un montón de leyendas alrededor de esos objetos antiguos. “Por el tamaño que tiene, uno podría presuponer que esa pieza fue parte de la Iglesia principal, pero es una suposición, no lo podemos afirmar. Por otro lado, hay gente del pueblo que te dice que fue hallada en la costa del río pero ¿dónde?, ¿cuándo?, está en muy buenas condiciones para que uno pudiera afirmar eso porque no parece una madera que haya estado expuesta a la humedad, la pintura original está en muy buen estado”, relató Hada.

Una vecina del pueblo contó que esa pieza había estado en manos de su tía abuela en un paraje que hoy ya no existe, que es el Remanso. Pero además, se tejieron varios mitos alrededor de esta obra que está en excelente estado de conservación.

Otra leyenda popular dice que el Cristo antes pesaba mucho más porque tenía oro en el interior. Ahora tiene un tajo, por donde supuestamente le quitaron ese metal y ahora es más liviano. “Sin ser especialista, yo lo veo como una rajadura propia de la madera”, explica Irastorza y añade: “Se van construyendo esos relatos que también son una parte del patrimonio intangible del pueblo. El Cristo es un patrimonio tangible, pero todos esos relatos alrededor de él constituyen un patrimonio intangible interesante de rescatar”.

La pila bautismal

Algo similar sucede con la pila bautismal que, también, sin dudas, es una pieza jesuítica. “El tipo de la piedra, el tamaño, todo hace presuponer que pudo haber sido la pila bautismal de la Iglesia Jesuítica y eso hace presumir que puede ser la fuente donde hayan bautizado a José de San Martín.

Pero no podemos aseverarlo porque no tenemos un documento porque, recordemos, la Iglesia fue incendiada, toda la reducción fue incendiada y saqueada”, detalló la coordinadora de la obra. De todos modos, hizo hincapié en que había una sola iglesia importante en aquella época, después sólo había capillas en los puestos de las estancias. Entonces, por el tamaño, por la decoración que tiene esta pila bautismal, “se podría decir que esta era la única Iglesia, de modo que acá lo tuvieron que haber bautizado, pero no tenemos algo que acredite eso”.

Un equipo interdisciplinario de profesionales correntinos

Entrar a un museo es ingresar a un mundo que ya no existe y la memoria quiere recuperar. Quienes trabajaron para lograr que ese espacio sea mágico en Yapeyú forman parte de un equipo interdisciplinario que se ocupó de armar el guión y el diseño de montaje.

La coordinadora Hada Irastorza los menciona uno a uno con orgullo. El grupo de trabajo estuvo conformado por la arqueóloga María Núñez Camelino, la museóloga Patricia Tesoriere, la ilustradora María Eugenia Kusevitzky, en diseño gráfico Ramiro Núñez y en audiovisual Fernando Cattáneo. Todos son correntinos.

“Entre todos fuimos armando para que cada una de esas piezas encajaran en esa línea de tiempo que contempla desde la etapa prehispánica en Yapeyú, la formación de la misión, la expulsión de los jesuitas, todo dentro de la época colonial, la llegada de la familia de San Martín, el nacimiento de José Francisco de San Martín, la época más penosa que es cuando la misión es incendiada y después el repoblamiento con los colonos franceses y terminamos con las conmemoraciones sanmartinianas que comienzan a partir del siglo XIX”, sintetiza Hada en diálogo con época.

El sastre de San Martín

Francisco Gómez es uno de los costureros más prestigiosos del país. Nació en Corrientes, pero vive en Buenos Aires y es dueño de la marca Franciscano Sastre. Convocado por el equipo de Hada Irastorza, estuvo seis meses abocado a recrear el traje del General José de San Martín que está exhibido en el Museo Histórico de Yapeyú.

“Tuvimos la posibilidad de hacer una réplica de uno de sus trajes y que lo haga uno de los mejores sastres de Argentina, pero que además es correntino, es de una manera simbólica tener la presencia corpórea de San Martín”, explicó Hada a diario época.

El artesano contó en sus redes sociales que confeccionar el traje de San Martín para el Museo Histórico fue “uno de los proyectos más ambiciosos que me tocó realizar”. El uniforme replicado está compuesto por una parte de arriba (el frac militar) realizada a partir de un prototipo en tela similar a la real. “El interior del delantero lleva un trabajo de matelasé hecho en lana y seda que antiguamente servía como defensa para golpes y defensa ante elementos cortantes”, explicó Francisco. En la parte trasera lleva las granadas características de los granaderos.

“Para cualquier sastre en Argentina es un desafío desarrollar éste tipo de sastrería militar por la falta de materiales, piezas que sirvan de testigo o incluso artesanos que desarrollen los bordados ornamentales que se requiere”, dijo el sastre en una publicación. “La tarea no fue fácil ya que solo existen pinturas, descripciones y algunas referencias sobre lo que fue el último traje que portaba el General en sus últimos días de actividad como tal”, detalló.

Es así que después de meses de investigación, lectura de textos históricos y material disponible, el proceso finalizó de manera más que exitosa ya que la pieza expuesta en el flamante Museo de Yapeyú es una de las más elogiadas por quienes tuvieron la posibilidad de estar ahí.

“Pude registrar parte de ese proceso tan importante que no sólo es un aporte a la cultura, también me ha servido en mi proyecto personal como sastre artesano y me enorgullece como correntino haber logrado una verdadera pieza de lujo digna de un museo”, sintetizó en el Facebook de su sastrería.

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YAPEYU MUSEO CRISTO YACENTE

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