“Y la Vida triunfó sobre la muerte y el pecado… ¡Vayan Juntos y
Testimonien mi Vida!”
Hermanos Todos:
Reconociéndonos parte de la familia humana, pueblo que camina en
tinieblas (Is 9, 1), “en medio de las sombras de un mundo cerrado” (FT 1); hoy,
Domingo de Pascua, exultamos de alegría y júbilo, exclamando: “Éste es el día
que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos todos en el” (Sal 117), porque
“Nuestro Dios, abrió para nosotros las puertas de la eternidad por la victoria de su hijo
unigénito sobre la muerte y el pecado” (cfr. Oración Colecta Misa de Pascua de
Resurrección).
Jesús-Vida (Jn 14, 6), vino al mundo “para que tengamos vida y en
abundancia” (Jn 10, 10); la entregó libremente (Jn 10, 18), en obediencia al querer
del Padre (1 Tim 2, 4); como expresión extrema de amor a los hombres (Jn 13,
15), regalándonos por su Resurrección, la victoria sobre el pecado y la muerte.
Tenemos Buena Noticia ¡Aleluya! ¡Gracia y Vida para la Humanidad! Este
es el Evangelio que transformó la Historia y que, como Iglesia tenemos que
ofrecerlo en todas las épocas, aportando:
- Luz, capaz de vencer toda oscuridad
- Alegría, superadora de todos los motivos de tristeza
- Respuesta, a todos los interrogantes del corazón humano
- Motivaciones e Inspiraciones, para actitudes y estilos de vida del
Hombre Nuevo.
Esta Buena Noticia ¡Cristo ha Resucitado! quiere renovar hoy nuestras vidas
personales, familiares, comunitarias, eclesiales y sociales, ¡siempre que se lo
permitamos!... actuando en nosotros con el mismo poder que empleó para
resucitar a Jesucristo (cfr. Ef 1, 19-20; 3, 20).
Digamos como el Apóstol Pedro: “A este Jesús, Dios lo resucitó y todos nosotros
somos testigos” (Hch 2, 32), y, aceptemos el desafío expresado en el lema del Año
Jubilar Diocesano: “Vayan Juntos y Testimonien mi Vida”.
Con la alegría de la Resurrección que nos da la audacia y valentía-parresía-, nos
empeñamos con todas nuestras fuerzas y creatividad para ser “la Iglesia que
Cristo soñó al fundar”: “una Iglesia Bautismal-Pueblo de Dios, en salida misionera, con
estilo sinodal”, plasmado y reflejado en las Actitudes y Estructuras Pastorales.
Dóciles al poder de la Resurrección, aceptemos la urgencia de la Palabra:
“Levántate…este mensaje te incumbe a ti ¡Ánimo y manos a la obra!” (Es 10, 4)
Los bendigo y saludo con un abrazo pascual.
+Adolfo Ramón Canecin
Obispo de Goya