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Incendios: Tenía las patas, el hocico quemado y está ciego, contó el veterinario que atendió al oso melero

La imagen del pequeño animal se volvió viral en las últimas horas y representa el drama que vive la fauna silvestre en la provincia que lleva más de 50 días con focos activos.

Las imágenes de un rescatista anónimo, que protagoniza un breve video de solo 16 segundos en el que asiste con agua e intenta socorrer a un pequeño oso melero, se volvieron virales en las últimas horas y graficaron el drama que vive la fauna silvestre en Corrientes que lleva más de 50 días con focos activos.

LA NACION habló con el veterinario que atendió al “hermano menor” del oso hormiguero, quien contó el detrás de escena de la breve filmación y lo que siguió entre el sábado, día que fue rescatado el animal silvestre, y hoy que está siendo asistido para tratar de que se recupere de las graves lesiones.

“Tenía las patas, el hocico quemado y está ciego”, resumió ante LA NACION, Diego el veterinario que vive en Ituzaingó a 231 kilómetros de la capital correntina. “Cuando lo trajeron las chicas, que son las que graban el video que se ve en todos lados, estaba todo quemado. Tenía las patas quemadas, parece que venía corriendo por el piso quemado y las fosas nasales quemadas y estaba ciego el pobre porque viene con los ojos quemados”.

Ante la consulta de si el animal se puede recuperar, respondió: “A veces sí y otras no. La mayoría viene ciego porque el fuego les quema los ojos, las patitas y la nariz. Creo que si se queman un poquitito más, ya no llegan”.

El veterinario cuenta que por la magnitud de los incendios son muy pocos los animales silvestres que logran sobrevivir: “Si no se queman, cuando están huyendo son atropellados por algún vehículo en la ruta”, detalló Diego.

El veterinario contó que el oso melero fue rescatado el sábado pasado cuando se desató un incendio en la zona y los vecinos comenzaron a llamarlo y consultarle qué hacer. En ese momento, les dijo que si encontraban alguno lo podían llevar a su veterinaria que los atendería gratis.

Sobre el rescatista anónimo, contó que las mujeres que filmaron la secuencia son las que vieron al oso melero que se intentaba alejar de la zona del incendio. En ese momento, ellas le gritaron a este hombre para que se acercara a asistirlo porque ellas no se animaban.

“Ni ellas, ni las personas que estaban con ellas conocían al hombre que tuvo ese gesto de acercarle agua y las ayudó a cargarlo en la camioneta y traerlo a la veterinaria”, dijo Diego y detalló que luego de que el animal fue curado y recibió suero fue trasladado al Centro de Conservación Aguará en la capital correntina, ya que cuentan con instalaciones preparadas para rehabilitar a los animales silvestres.

“El osito se paró como para pedirle más agua”

Otro de los héroes anónimos de esta historia es Daniela, quien junto a su esposo y otras personas que transitaban por la ruta el sábado a la tarde fueron el primer eslabón del rescate “al osito”, como ya lo llaman cariñosamente ellos.

“Nosotros volvíamos con mi esposo de llevar agua y comida a las personas que estaban intentando apagar el incendio en La tecla y ahí vemos que para un auto primero e intenta ayudar al osito melero que sale corriendo y se intenta meter de nuevo para el campo. Me bajo y también lo trato de ayudar, pero él se trataba de defender. Para colmo estaba totalmente quemado las patas, el hocico y ciego porque tenía quemados los ojos. Con otra mujer tratamos de agarrarlo y envolverlo con remeras y una bolsa de tela que tenía en mi camioneta, pero las garras eran muy fuertes”, recordó a LA NACION, Daniela.

Es ahí cuando llega este rescatista anónimo: “Apareció este hombre que no sé quién es, no sé si es brigadista de algún lugar. Solo recuerdo que paró una camioneta y él se bajo y se animó a intentar agarrarlo. Yo le tiré la botella de agua y mientras filmaba porque quería retratar lo que estábamos viviendo y mostrarles a mis hijos”.

“Fue ahí donde él le tira agua y donde, literalmente, el bichito se para y como que le agradece el agua que le tira. Terminamos llorando todos, porque era como que el bichito realmente se dio cuenta de que lo querían ayudar porque él estaba ciego. Todavía está ciego. Pero se ve que sintió el agua y se para frente a este hombre como pidiéndole más agua. Fue muy fuerte la imagen”, detalló la mujer y explicó que gracias a la ayuda de otro auto que paró y tenía una manta fue que pudieron envolver al oso melero para trasladarlo.

Daniela contó que llamó a Diego y su mujer, ambos veterinarios, que de inmediato atendieron al animal silvestre. “Diego me dijo que me contactara con la gente del Centro de Conservación Aguará en la capital y cuando les conté y vieron las fotos decidieron venir en ese mismo momento. Están a más de 230 kilómetros. Cuando estaban viajando para acá los chocan de atrás en la ruta y les faltaban 120 kilómetros para llegar a Ituzaingó”.

Lo que siguió fue una muestra más de la lucha de estos héroes anónimos para salvar al oso melero. “Agarré mi camioneta y fui a buscar a Erick y Rosa los rescatistas del centro de conservación. Los traje hasta la veterinaria, metieron en una jaula al oso y los llevé hasta donde estaba la camioneta chocada. Allí ellos emprendieron el regreso hasta la capital. Llegaron a las 3 de la mañana del domingo y con el osito a salvo”, dijo Daniela.

Como si se tratase de un integrante más de la familia, desde ese día, Erick y Rosa le envían a Daniela fotos y videos de cómo evoluciona el oso melero que, gracias a esa cadena solidaria intenta recuperarse.

El ejemplar del video es un oso melero (Tamandua tetradactyla) que es un pariente menor del oso hormiguero. Puede pesar hasta 10 kilos y habita en sabanas, selvas y bosques desde Venezuela hasta el norte argentino. Se lo puede hallar en Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Santa Fe, Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y tal vez el norte cordobés.

Su pelaje es de un amarillo anaranjado y con un chaleco negro que le llega a los hombros; son tímidos y muy buenos trepadores, ya que ayudados con sus colas prensiles se desplazan fácilmente entre los árboles. Se alimentan de hormigas, termitas y otros invertebrados y las hembras paren una sola cría, tras casi 5 meses de gestación. En la Argentina, el oso melero está categorizado como “vulnerable”, debido a la intensa modificación de su hábitat natural y la caza de la que es objeto.

Este “hermano menor” del oso hormiguero además tiene patas cortas, robustas y con buena musculatura. Su cola larga, prensil y sin pelos en la parte inferior, también le ayudan a sujetarse de las ramas y troncos de los árboles.

Su hocico es largo, tiene boca pequeña y ni un solo diente. La lengua llega a medir casi 40 centímetros de largo con gran movilidad que le permite capturar a sus presas. Además, tiene unas glándulas submaxilares, que ocupan casi la totalidad del cuello por ambos lados, que proveen a la lengua de una sustancia viscosa sobre la que quedan adheridos los insectos.

Su nombre científico indica que estos animales poseen cuatro dedos. Cada uno de ellos presenta garras muy desarrolladas, en particular las del tercer dedo, con forma de gancho. Esta característica les permite aferrarse a los árboles donde habitan, defenderse frente algún peligro y destruir las estructuras coloniales de los insectos de los cuales se alimentan. La Nación

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