Referentes del sector advierten que no pueden trabajar desde la vuelta a la fase 3, en comparación con las grandes empresas que sí ejercen la actividad, con protocolos.
El grupo de pequeños y medianos trabajadores y trabajadoras de eventos reclama la rehabilitación de las fiestas domiciliarias, las cuales no pueden realizarse desde que la ciudad volvió a la fase 3. Puntualizan que con esta labor, el sector mantiene a un centenar de familias. También advierten que están relegados en comparación con los salones de fiesta que sí pueden desarrollar la actividad.
Con el retorno de Capital a la fase 3, el pasado 20 de mayo, condición en la que se mantendrá al menos hasta el próximo domingo, el grupo de pequeños y medianos trabajadores y trabajadoras del rubro de eventos quedó sin poder ejercer su actividad. Antes del cambio de fase, musicalizadores, fotógrafos y actividades afines subsistían con la realización de fiestas en domicilios, las cuales se regían por el protocolo municipal de bioseguridad. Según habían consignado a este medio, alrededor de 120 familias subsisten con esta actividad.
“Cientos de DJ, fotógrafos y otros trabajadores queremos desempeñar nuestra labor. Por eso pedimos la vuelta de las reuniones sociales, que se puedan hacer en los patios de las casas quinta, con protocolos”, dijo a El Litoral Eduardo Espínola, referente del sector. “La población también se merece tener la libertad de poder festejar el cumpleaños de su hijo y no tener que ir a gastar en un salón privado”, agregó.
Espínola remarcó que el sector lleva ya “un mes sin trabajar en ningún barrio”, y que no entienden “por qué algunos salones privados tienen habilitación con protocolo”. “No podemos entrar a esos salones privados, ahí se impone una organización integral, se recomiendan entre unos pocos y la fuente de trabajo está monopolizada”, manifestó.
