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El obispo Adolfo Cenecin dejó un mensaje para los que pelegrinan al santuario del Gauchito Gil

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Crédito: 2162

El obispo de Goya, Monseñor Adolfo Ramón Canecin, escribió un mensaje con motivo de las peregrinaciones que se realizan anualmente en estos días de enero al santuario de la ¨Cruz Gil¨, ubicado en el departamento de  Mercedes. El prelado expresa  “mientras peregrinan, quiero invitarlos,  a mirar y contemplar  la Cruz de Cristo para rogar por nosotros y por nuestra salvación¨. En el mensaje anticipa que se va a “levantar el Templo a la Santísima Cruz, cercano a la ´Cruz Gil´ donde brindaremos todos  los servicios que la Iglesia les ofrece”.  

 

Dando continuidad al celo y cuidado pastoral de los anteriores Obispos de la Diócesis de Goya;  quiero acercarme y peregrinar junto a ustedes, por eso  les escribo unas líneas como  Hermano, Padre y Pastor.


Estamos viviendo a nivel Universal el Año de la Misericordia; y como Argentinos,  el Bicentenario de la Patria, preparándonos además para participar en  el Congreso Eucarístico Nacional a realizarse en el mes de junio en Tucumán.


Mientras peregrinan, quiero invitarlos,  a mirar y contemplar  la CRUZ.

Observamos que   tiene una doble dirección: vertical – como un puente entre  el cielo con la tierra- y horizontal – como un puente entre todos los seres humanos-. La CRUZ, es la síntesis de la iniciativa, y la máxima expresión  del Amor Misericordioso de  nuestro Dios.


En el palo vertical de la CRUZ descubrimos que: Dios es Amor ( 1Jn 4,8 ), nos primereo amándonos primero. Por amor creó todo lo que existe, y a los seres humanos libres “a su imagen y semejanza”(Gn 1,26).  Por instigación del diablo y usando mal de la libertad caímos en el pecado rompiendo la relación con Dios, los hermanos, con nosotros mismos y la creación. Pero Dios, no nos abandonó, sino que  “tanto amó  Dios al mundo que envió a su Hijo” (Jn3,16), el cuál por obra de Espíritu Santo se encarnó en María y nació en Belén – verdadero Dios y verdadero Hombre-.

En el  palo horizontal de la CRUZ nos enseña el grande amor de Jesús por nosotros. Jesús decía “nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13 ) y “Él nos amó hasta el extremo” ( Jn 13,1 ), hasta dar la vida muriendo en la CRUZ. Pero Dios lo Resucitó, está vivo  y permanece en medio nuestro hasta el fin de los tiempos (Mt 28,20).

 

De esa manera nos redimió del pecado- raíz, causa, origen de todos los males de ayer,  hoy y siempre – y abriéndonos las puertas del cielo, nos posibilitó vivir como hijos de Dios y hermanos entre nosotros.


Los invito a marcar cada día sus cuerpos con la señal de CRUZ  mojando sus dedos en el agua bendita, y a  bendecir con la misma (agua y Cruz) cada día a todos los miembros de sus familias, sus casas y sus cosas. Esto les permitirá experimentar el Amor de Dios y surgirá poco a poco el deseo de corresponder con amor a Aquél que nos amó primero.


Como Iglesia Diocesana queremos acogerlos y acompañarlos más de cerca, por eso vamos a levantar el “Templo a la Santísima Cruz” cercano a la “Cruz Gil” donde brindaremos todos  los servicios que la Iglesia les ofrece.   

   

Deseando que  Dios los bendiga y la Virgen de Itatí los proteja, los bendigo a todos en el Nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo.   

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