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Corrientes continúa liderando la superficie cultivada de arroz

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Crédito: 153202

Entre los años 2015 y 2019, según un documento del Ministerio de Agricultura, el consumo de arroz en la Argentina pasó de 7,6 kilos anuales por habitante a unos 10 kilos per cápita. Es decir que la demanda interna de ese cereal, el más difundido en todo el mundo, creció cerca del 30%. Corrientes continúa liderando la superficie cultivada con arroz, con 91.500 hectáreas implantadas.

 

A Corrientes, le sigue en importancia Entre Ríos, con 56.100 hectáreas, y marginalmente hay algunos lotes en otras provincias (Santa Fe con 26.200 hectáreas, Formosa con 9.000 y Chaco con 4.000).

 

Si se compara el aumento de consumos de Argentina con el promedio mundial, de 54 kilogramos al año, nuestro no es para nada alto. Y si lo comparamos con los países asiáticos como China, donde el promedio llega a los 80 kilos anuales por habitante, estamos aún más lejos.

 

El informe de la Dirección de Mercados Agroindustriales admite que, en ese periodo de cinco años, “la producción de arroz mantuvo su tendencia a la baja. Es que se arrastran problemas que se fueron profundizando en los últimos tiempos”.

 

En este sentido, el documento actúa como balance de la campaña 2019/20, que alcanzaría las 186.800 hectáreas implantadas, con una producción cercana a 1,2 millones de toneladas.

 

Pero la preocupación fundamental pasa por Entre Ríos, ya que “ha tenido una reducción constante del área sembrada desde la campaña 2015/16, y paradójicamente se encuentra con una capacidad industrial instalada para procesar hasta 1,6 millones de toneladas de arroz”, señala el informe.

 

El informe de Agricultura agrega: “Si bien las retenciones, que se ubicaban en un 12%, se redujeron sustancialmente al 5% y 6% para el arroz cáscara, la favorable disposición que se dio a los reclamos sectoriales, no evitaron que el sector quede atrapado en la desequilibrante situación y efectos que deja la pandemia”, apuntó.

 

En ese sentido, se admite un aumento de los costos que le quitaron competitividad a la cadena arrocera. “No ha sido posible trasladar a la cotización internacional los elevados costos de logística, derechos de exportación y los inconvenientes presentados por la ambivalencia de la paridad cambiaria. Estas situaciones, entre otras, coadyuvaron a que las exportaciones de arroz disminuyeran, con el efecto económico que ello implica”, se explicó.

 

Otro dato relevante del informe oficial es que de la producción local “los arroces tipo comercial largo fino alcanzan una participación del 80 %, mientras que el tipo comercial largo ancho abarcó el 12 %. El resto comprende tipos especiales que contribuyen a diversificar el mercado arrocero”.

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