Ángel entró y, cuando más sufría el PSG, hizo el 4-2 final con un calco del gol a Brasil. Los de Pochettino, punteros.
No hubo debut de Lionel Messi. Pero la magia la llevó Ángel Di María. El Fideo entró para jugar los últimos 15 minutos en el PSG y la definición exquisita que 40 días atrás en el Maracaná fue el gol del título de la Copa América, se repitió. Esta vez con su pierna izquierda el Fideo definió para el 4-2 final al Brest en un momento clave: cuando más sufría el equipo de Mauricio Pochettino. Así, con la perla del 11 y lo que habían sido los tantos de Ander Herrera, Kylian Mbappé e Idrissa Gueye (golazo) para sumar la tercera victoria en tres fechas y ser líderes de la Ligue 1 esperando a Messi.
Para el Paris Saint-Germain es una prueba superada. Pero no deja de ser otra muestra de que el equipo todavía no está afianzado. Como bien dijo Pochettino en la llegada de Leo, el desafío de armar el equipo con tantas figuras será importante. Porque en estas tres fechas (sin Messi y sin Neymar) el PSG cuando se lo propuso y atacó, fue arrasador. Pero cuando lo atacaron sufrió bastante.
El Brest demostró esa fragilidad defensiva. Anotó el 1-2 con un golazo colectivo y después forzó varias tapadas a un Keylor Navas en la mira sabiendo que Donnarumma estuvo en el banco. Aún así le hicieron el 2-3, jugando siempre a las espaldas de Diallo y Kimpembe, lateral y central izquierdo. Poche seguro se irá con la sensación de que le falta solidez atrás a un conjunto con adelante.
