Gustavo Chamorro tiene una historia particular: es odontólogo, comisario y un destacado en paralímpicos. Este fin de semana consiguió una importante distinción para la provincia. “El deporte es una ventana a la vida para las personas con discapacidad”, invitó a sumarse.
Gustavo Chamorro tiene 58 años y hace dos incursionó en una disciplina muy practicada en Corrientes, el pádel. Sin embargo, tiene una particularidad: debe valerse de una silla de ruedas para desplazarse.
El deportista formó parte de la Selección Argentina de Tenis de Mesa en 2004 y participó en
innumerables torneos. También representó al Círculo de Policías de Corrientes en olimpiadas nacionales, destacándose en ping-pong. Dentro de la fuerza se desempeña como odontólogo y también tiene un consultorio particular.
Cuando apenas tenía seis meses contrajo poliomielitis y debió soportar diez operaciones en su pierna izquierda. “Dentro de todo, pasé por una infancia positiva gracias al Club Sportivo que quedaba cerca de mi casa. El deporte me sirvió para insertarme en una sociedad difícil y que discrimina. Me dio un lugar en la comunidad, amigos y aceptación”, destacó en una entrevista con diario época.
Gustavo tiene que sujetarse siempre una pierna para caminar y no puede correr. Pese a ello se animó al desafío de practicar un nuevo deporte hace dos años. “En cuanto a la técnica, no me costó porque ya tenía la experiencia de disciplinas anteriores. Lo más difícil fue aprender a manejar la silla de
ruedas”, confesó. Para ello, recibió la ayuda de Jorge Zalazar, un santiagueño al que se puede ver pidiendo en la zona de avenida Maipú y Sarmiento.
El Segundo Torneo Nacional de Pádel Adaptado se realizó este fin de semana en Cañuelas (provincia de Buenos Aires) y contó con representantes de diez provincias; el correntino participó junto a Juan Aranda, un compañero que se consiguió para la competencia, proveniente de Ezeiza. “Ojalá en mi próxima presentación cuente con un comprovinciano en el equipo”, deseó Chamorro.
Tras jugar cuatro partidos, en los que superó a participantes con más de 20 años de experiencia, accedió a las seminales y allí se quedo con el tercer puesto. En esta instancia perdió contra Diego Moliner, último campeón y representante de Cañuelas.
Chamorro explica que la diferencia está en la calidad de la silla de ruedas, una semiprofesional
puede valer $500 mil pesos y una profesional $1 millón. “En Corrientes practicamos con sillas que son para básquet, mientras que para pádel las características son distintas”, sostuvo. Al mismo tiempo, remarcó: “La provincia tiene bastante apoyo en disciplinas paralímpicas, pero todavía nos falta un área especializada en fomentar la práctica”.
Uno de los principales objetivos del torneo nacional fue dar visibilidad al deporte, con motivo de afianzarlo en el país, al mismo tiempo de posicionar a los jugadores argentinos a nivel internacional.
Invitación
Chamorro recordó que quienes deseen conocer el mundo del pádel adaptado deben dirigirse a la cancha de Las Lajas Pádel (Gobernador Ruiz al 2300) todos los sábados a partir de las 10.
En la actualidad, existen siete jugadores capitalinos, pero calculan que pueden sumarse otros y sólo existe desconocimiento del tema. “Cuesta movilizarlos y para ello el trabajo de la familia es importante”, instó al final y aseguró que cualquiera puede acercarse porque encontrará allí un espacio de contención y aprendizaje.
