La víctima es una adolescente de 15 años, que quedó atrapada en su cama debajo de losas de concreto derrumbadas por el poderoso sismo que afectó a Turquía y Siria.

La imagen duele. El hombre está sentado entre los escombros de su casa. Viste un enorme camperón naranja de rescatista. Con la mirada perdida y el cuerpo algo encorvado, sostiene la mano de su hija muerta en el potente terremoto que azotó Turquía y Siria, y que dejó más de 6000 fallecidos.

Mesut Hancer tiene su mano derecha en el bolsillo para protegerse del frío del invierno turco. Con la izquierda no suelta la mano de Irmak, de 15, atrapada en su cama debajo de losas de concreto, ventanas rotas y ladrillos rotos.

La imagen fue capturada por el fotógrafo de la AFP Adem Altan en la región turca de Kahramanmaraş. Pronto se viralizó en el mundo entero.

La imagen se convirtió en uno de los mayores símbolos de la tragedia que enluta a dos países. Fue tomada cuando rescatistas y grupos de civiles revisaban el edificio derrumbado donde la muchacha murió el lunes.

La región de Kahramanmaraş quedó devastada por el terremoto

El epicentro del primer terremoto de los dos que azotaron Turquía y Siria fue el distrito Pazarcık de Kahramanmaraş, en el sureste de Turquía.

El primer sismo de 7,8 grados en la escala de Ritcher fue seguido por un segundo de 7,5 grados.

Según el diario británico The Guardian, en otro punto de la provincia de Kahramanmaraş los rescatistas lograron sacar vivos a dos niños de entre los escombros. Uno yacía en una camilla sobre el piso nevado.

Los equipos de rescate silenciaron a la multitud de personas que intentaban ayudar para poder escuchar a los sobrevivientes y encontrarlos. Finalmente, pudieron dar con ellos y sacarlos con vida. Fue un momento de alegría en medio de un enorme dolor colectivo.