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Si te sangran las encías tu corazón puede estar en peligro

El sangrado de encías suele ser una alteración bucal a la que no damos importancia. La relación entre dientes y corazón ya está demostrada y es más estrecha de lo que imaginas.


Muchas personas creen que es normal ver un poco de sangre al cepillarse los dientes, pero eso no es cierto. Que la encía sangre es señal de que algo no va bien, y mantener una buena salud bucal es muy importante ya que, aunque parezca extraño, las inflamaciones en esta zona pueden generar problemas graves en otras partes del cuerpo más lejanas, como el corazón.

LA RELACIÓN ENTRE LOS DIENTES Y TU CORAZÓN

Los problemas inflamatorios de encías, en concreto cuando hay enfermedad periodontal o piorrea, pueden afectar directamente a la salud del corazón, tal como explica el Dr. Blas Noguerol.


Se trata de un enfermedad infecciosa producida por unas bacterias agresivas que a través de la "herida" que causan en la encía pueden pasar directamente al torrente sanguíneo. Lo que suele ocurrir es que aumentan las cantidades en sangre de los llamados "mediadores inflamatorios", unas sustancias que podrían llegar a provocar un infarto o ictus.

Las bacterias nocivas entran al torrente sanguíneo y los efectos son graves

Así, para el Dr. Noguerol se podría afirmar que una persona con unas encías enfermas tiene más riesgo de sufrir problemas coronarios que aquella persona que tiene las encías sanas.


A continuación te mostramos las claves para saber si sus encías están en una situación de vulnerabilidad y cómo hacer para prevenir las enfermedades asociadas al sangrado, la acumulación de sarro y la gingivitis.

SANGRADO DE ENCÍAS: ¿POR QUÉ OCURRE?

La aparición de sangre en la encía, ya sea de forma espontánea, al morder algún alimento, o al cepillarte los dientes, es un síntoma de que esta zona del cuerpo ha quedado desprotegida y se inflama con facilidad. Además, si la encía enferma también peligra el resto de la boca, ya que este es el tejido encargado de mantener los dientes en su sitio.


La causa más común de sangrado de encías es la acumulación de placa y sarro en la unión entre este tejido y los dientes, aunque también influyen otros factores, como por ejemplo:


  • Cepillarse los dientes con mucha fuerza o hacer mal uso del hilo dental.

  • La falta de vitamina K.

  • Alteraciones hormonales (por ejemplo, durante el embarazo y la menopausia).

  • La toma de algunos fármacos (por ejemplo, anticoagulantes).

SUS SEÑALES

Una encía sana tiene un suave color rosa, es firme, no duele, no es sensible, no sangra ni deja ver la raíz de las piezas dentales. Las encías enfermas son rojas, blandas, pueden doler, presentan sensibilidad y muestran unos dientes flojos acompañándose con frecuencia de mal aliento persistente.


Ahora bien, el sangrado no tiene por qué ser abundante ni ir acompañado de otros síntomas. Lo que nos permitirá identificar este problema es prestar atención a la frecuencia con la que aparece la sangre.


Hay que decir que la encía puede sangrar por muchos motivos. Entre ellos, por hacerse daño con algo, como un trozo de pan duro, lo cual no tiene mayor trascendencia, pues lo habitual es que la herida cure por sí sola en unos días sin dar otro problema.

El sangrado persistente de encías es una señal de alerta

Pero el sangrado que debe alertarnos es aquél que se repite con frecuencia, el que es persistente y difícil de cortar. Si además de sangre hay inflamación de la encía y dolor, la visita al odontólogo es obligada y debe hacerse cuanto antes.

¿CÓMO ME PUEDE AFECTAR?

Tal y como hemos visto, la causa más común del sangrado de encías es la falta de una higiene adecuada. Si no se pone remedio a esta situación, las bacterias anidan e infectan la zona, primero localmente con la aparición de gingivitis (inflamación de las encías), y luego en zonas más profundas, pudiendo llegar a dañar incluso el hueso.


En casos avanzados, la infección alcanza la sangre, diseminándose por todo el cuerpo y provocando una infección generalizada, lo que podría ser un grave problema de salud.

CÓMO SE TRATA

La visita al odontólogo es obligatoria, pues es él quien va a diagnosticar y tratar la enfermedad. Sin embargo, para no llegar a esta situación, lo que hay que hacer es prevenirla mediante una higiene dental diaria adecuada. Estos son algunos consejos a seguir.

1. Cepíllate los dientes después de cada comida

Hazlo durante unos 3 minutos, y es mejor si para ello utilizas un dentífrico con flúor, por ser antibacteriano.


El cepillado no debe hacerse bruscamente para no dañar la encía, y se aconseja utilizar un cepillo de cerdas o filamentos suaves y finos realizando movimientos circulares alrededor de cada pieza e insistiendo en la unión diente-encía. El ángulo del cepillo debe ser de 45º entre diente y encía para una mayor efectividad.

2. Utiliza hilo dental y cepillos interdentales

Esto permitirá acabar con los posibles restos de comida que quedan entre las piezas y que, al endurecerse, pueden actuar como una cuña.

3. Usa un colutorio antiséptico 1 o 2 veces al día

Mejor que no tenga clorhexidina por el riesgo de colorear el diente si se utiliza de forma prolongada.

4. Realiza una limpieza en el higienista dental una vez al año

Esto es muy importante, ya que permite eliminar la acumulación de sarro.

5. Acude periódicamente al dentista

Algo que hay que hacer aún sin tener síntomas. Lo aconsejable es ir 1 o 2 veces al año a revisión.

6. Mastica alimentos crudos, como frutas y verduras

Este simple ejercicio estimula las encías y los dientes, manteniéndolos sanos y fuertes. Las vitaminas A y C ayudan a evitar el sangrado.

Existen aceites tónicos de eucalipto que, usados tras el cepillado, activan el flujo sanguíneo de la boca contribuyendo a la salud de la encía.

TODO LO QUE AFECTA A LAS ENCÍAS

  • Contrariamente a lo que se piensa, no hay que dejar de cepillarse para evitar que la encía sangre, pues lo único que se conseguirá será empeorar la infección por falta de higiene.

  • La aparición de sarro en los dientes no es un problema meramente estético, si no que puede suponer la antesala de una enfermedad de las encías.

  • Padecer enfermedades como la diabetes o algunos tipos de cáncer perjudican la salud de la encía, por lo que la vigilancia por el odontólogo debe de ser más frecuente en estos casos.

  • Es aconsejable que los cepillos de dientes no sean de filamentos fuertes para no provocar daños, y dejar éstos para el cepillado exclusivo de la lengua.

SALUD BUCAL ENCIAS

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