Tristeza, desazón e impotencia viven desde hace más de una semana miles de pobladores de San Luis del Palmar. El agua invadió las viviendas y hoy superan las 1.300 personas afectadas, que son evacuados sólo de la zona urbana. El pequeño poblado está inmerso en una catástrofe climática sin precedentes, aseguraron los vecinos de la localidad. Dicen que es peor que la creciente del año 1998, pero la zona más afectada es la rural, en donde se desconoce la cantidad de familias que tienen las viviendas inundadas.
El Riachuelo sigue creciendo, y anoche esperaban el pico máximo, que superaría los 4,05 metros. Ingresando al pueblo, desde la Ruta 5, hay casas sumergidas con el agua hasta el techo. Un panorama desolador que tiene en vilo a la comunidad. Mientras tanto, continúa la asistencia pública, tanto desde el Municipio -con el Centro de Operaciones de Emergencias- como desde el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia. A lo que se sumó la visita del gobernador Colombi. Pero la ayuda es insuficiente. Las instituciones públicas están superadas por tanta necesidad.
En medio de todo ello, se suma el reproche y reclamo de las familias damnificadas que no reciben la asistencia. En este marco, se destaca la solidaridad de la comunidad. La asistencia se hace por vías terrestre y aérea en la zona rural. En este contexto, la Municipalidad de San Luis habilitó 13 centros de evacuados, donde hay unas 730 personas alojadas allí, así lo afirmó la concejal Roxana Encinas, a NORTE de Corrientes.
Ante esta situación este matutino recorrió las zonas inundadas y los centros de evacuados, y pudo visualizar el caos que padecen los sanluiseños. La edil explicó que a la sede de Desarrollo Humano de la provincia, en la localidad, llegan los módulos alimenticios, colchones y frazadas para las familias afectadas por las inundaciones.
“Desde que comenzó la crecida se están entregando módulos de ropas, de alimentos, colchones y frazadas en los 13 centros de evacuados, y ya fueron absolutamente cubiertos”.
La ayuda se concretó luego de un relevamiento realizado por los asistentes sociales de la cartera provincial. Además, Encinas aclaró que a la hora de entregar la asistencia, la prioridad la tienen las familias evacuadas, luego los de la zona rural y por último va para los autoevacuados. Quienes deben inscribirse en una planilla, para luego ir a retirar la ayuda de la oficina local.
Dentro del pueblo el agua invadió los barrios Inmaculada Concepción, Cruz de los Milagros y San Cayetano, que son las barriadas más afectadas por la inundación. En estos lugares todavía hay familias que se resisten a abandonar las casas, por miedo a perder sus pocas pertenencias.
Aunque muchas de ellas lo perdieron todo, ya que el agua avanzó de golpe sobre las viviendas y a muchos de ellos no les dio tiempo de rescatar sus cosas, sólo irse con lo puesto y salvar sus vidas. Tanto es así, que la masa hídrica ya llegó a la calle San Luis, una de las arterias principales del pueblo, a tres cuadras del centro.
Además de la ayuda provincial está el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), un lugar que fue creado hace más de un año. El mismo es coordinado por el cura Epifanio Barrios, de la iglesia San Luis Rey de Francia. El templo es el principal receptor de la ayuda de la comunidad, conformada por ropas, frazadas, colchones, alimentos y agua. s