Un jefe de familia de la localidad de Saladas, tiene retinopatía diabética, producto de esta silenciosa y peligrosa enfermedad, en su historia clínica están asentadas tres intervenciones quirúrgicas para practicarle sendos “by pass” cardíacos, cada treinta días percibe una pensión no contributiva de $4.100 (pesos cuatro mil cien) que lo ponen por debajo de la línea de indigencia con cinco hijos a cargo.

 

Este dramático caso social, no fue tenido en cuenta por la Dirección Provincial de Energía DPEC Saladas, que demostró total grado de insensibilidad y procedió al corte de luz en ese domicilio, sin tener en cuenta en lo más mínimo los detalles del párrafo anterior en cuanto a la jaqueada salud del jefe de familia.

 

Por lo expuesto la crisis no solo es energética en la DPEC, sino social en cuanto a sus cuadros de recursos humanos para resolver humanitariamente esta situación. Cuando es la propia dirección provincial la que justifica sus eventualidades, debido a la baja recaudación en sus facturaciones porque “en Corrientes nadie paga la luz”.

 

Puede ser cierto o no, lo que sería condenable por no cumplirse con los compromisos de abonar los servicios públicos que se usufructúan. Pero tampoco sirve para poner a una persona al borde mismo de la muerte. En Saladas, la DPEC al menos debe reflexionar sobre este caso, sobre todo porque hay leyes que protegen a los que padecen diabetes.