Un fallo judicial salpicado por vínculos políticos, habilitó a Hito S.A. seguir operando su planta asfáltica en la localidad de Perugorría, luego de estar paralizada cuatro semanas, acusada de contaminar severamente el medio ambiente en la zona.
La localidad se ve seriamente afectada por el humo que expide la generadora de asfalto, que paradójicamente se encuentra a escasos metros de una escuela y en cercanías del propio Hospital de Perugorría.
Para la jueza en lo Civil y Laboral, María Cristina Rodríguez de León, su funcionamiento no sería nocivo para la salud de los habitantes del área de influencia, más allá que no exista alguna evaluación técnica de especialistas que afirme esta posibilidad.
Tampoco se supo si el Instituto Correntino del Agua y del Medio Ambiente (ICAA), emitió un informe oficial sobre la controversia que derivó en una denuncia penal del propio municipio de Perugorría.
Como lo difunde en su edición de hoy Diario 1588, la jueza De León en una Resolución ‘a lo Pilatos’, adujo que no había un análisis ambiental que demostrara la existencia de un foco contaminador y, por ende, que el funcionamiento de la planta perjudicara a los vecinos.
Como jueza, no pidió la realización de esa evaluación para emitir un dictamen más ajustado a derecho y al reclamo.
Todo se inició a raíz del pedido de intervención de un grupo de vecinos al intendente Ramón Castellanos, debido al olor nauseabundo y el polvillo que emana de la chimenea de la licuadora de piedras y brea.
Castellanos solicitaría a la justicia el cierre de la planta por la contaminación a la que podría verse afectada la comunidad. “No nos dejaron otra alternativa”, sostuvo Castellanos tras oficializar la denuncia dado que los propietarios de la empresa no presentaron documentaciones con estudios especializados para garantizar que no se contaminaba el ambiente.
Los vecinos solicitan al menos la reubicación de la fábrica que da trabajo a 30 personas y que, insólitamente, está enclavada en un terreno usurpado, que ya tiene pedido de desalojo por su verdadero propietario.
Hubo reuniones previas, y en varias oportunidades los ciudadanos fueron a protestar frente a la empresa. Las malas lenguas sostienen que Castellanos ahora fue “apretado” desde las altas cumbres de la administración radical, para que no apele la decisión de la jueza De León.
POLACO MAJUL
El dueño de la firma, Edgar Polaco Majul, quien durante los ‘80 y los ‘90 se paseó por los tribunales penales de Corrientes, acusado de abuso sexual y también de defraudación contra el Estado de la Provincia, siempre tuvo la particularidad de salir indemne de las denuncias que pesaron sobre su humanidad.
Trabajó para todos los gobiernos desde el advenimiento de la democracia en 1983, inclusive con las últimas intendencias del Justicialismo en el municipio capitalino.
Entre sus amigos del alma, se encuentran los hermanos Romero Feris, aunque Raúl Rolando, más conocido como Tato, fue quien lo propuso como candidato a jefe comunal de Corrientes en 1993, nominación que se vio frustrada luego que Majul de origen autonomista, terminara denunciado por haber abusado sexualmente de una de sus secretarias.
Por ese entonces la justicia era controlada por el desaparecido Pacto Autonomista-Liberal, y la causa terminó pisada por orden de la cúpula conservadora.
Alguna vez durante el gobierno liberal de Ricardo Leconte se lo contrató para asfaltar el acceso a San Carlos. Cobró todo por la obra pero jamás la concretó.
Fue procesado, pero la causa prescribió como tantas otras de corrupción estatal generadas en tiempos del llamado Pacto PA-PL.
En épocas radicales fue denunciado por fraguar un proyecto realizado por la DPEC de obras energéticas en Goya, haciéndolo aparecer como suyo y cobrar honorarios por algo que no diseñó como contratista. Al igual que una boya lagunera (aquella en forma de vela), Majul siempre caería parado.
Para muchos, es uno los “intocables” de la justicia correntina por su protección política y cerrada amistad con el ex mandatario provincial Ricardo Colombi. Se desprendería un “ahí no ma’ quédate”, según la jerga popular correntina.
COMPONENTES DEL ASFALTO
Los componentes del asfalto son compuestos alifáticos y aromáticos con hasta 150 átomos de carbono saturados e insaturados. Su composición varía dependiendo de la fuente de petróleo crudo. Muchos de los compuestos contienen oxígeno, nitrógeno, azufre y otros heteroátomos. El asfalto típicamente contiene aproximadamente 80% en peso de carbono; alrededor de 10% de hidrógeno; hasta 6% de azufre; pequeñas cantidades de oxígeno y nitrógeno; y también contiene algunos metales tales como hierro, níquel y vanadio. Los pesos moleculares de dichos componentes del asfalto varían desde varios cientos a varios miles.
Los compuestos se clasifican como los asfáltenos o máltenos de acuerdo con su solubilidad en hexano o heptano. Los asfáltenos son especies de alto peso molecular que son insolubles en estos disolventes, mientras que máltenos tienen pesos moleculares más bajos y son solubles. Normalmente el asfalto contiene entre 5 y 25% en peso de asfáltenos y puede considerarse como coloides de micelas de asfáltenos dispersas en máltenos.
Muchos de los componentes del asfalto son polares ya que contienen alcohol, carboxilo, fenólico, amina, tiol, y otros grupos funcionales.
Como resultado de esta polaridad, las moléculas de auto-ensamblan para formar racimos multimoleculares con pesos moleculares de hasta 100.000.
La adhesión de asfalto a agregarse también se cree que depende de la atracción polar entre moléculas en asfalto y las superficies polares de los agregados. Todos altamente contaminantes.