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Obispo Larregain: Ahora el gran desafío es reactivar la economía

El Prelado Auxiliar analizó, junto a época, los duros números locales y nacionales de pobreza e indigencia. El religioso también habló de la "grieta" y de la necesidad de aunar esfuerzos para sacar al país adelante.

Un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reflejó que en Corrientes, durante el primer semestre del año, el índice de pobreza se ubicó en el 43% y que el de indigencia se situó en el 9,1% durante el mismo período.

El informe, a nivel país, describió que la pobreza fue del 40,6% de enero a junio y afectó a 11,7 millones de personas. La indigencia se ubicó en el 10,7% y afecta a 3.087.427 argentinos.

Sobre estos indicadores, época consultó al obispo auxiliar de Corrientes, José Adolfo Larregain, a fin de conocer un lineamiento desde la representación de la Iglesia Católica a nivel provincial.

El Prelado, en líneas generales, expresó que "esta es la nueva realidad a la que nos toca hacerle frente.

Las restricciones y problemas generados por la pandemia acentuaron la falta de trabajo y, obviamente, eso trajo consecuencias económicas para todos, pero en especial para los que menos tienen".

En lo respectivo a Corrientes, el franciscano sostuvo que "con dar una vuelta por el centro, uno puede apreciar muchos locales vacíos o con carteles de ‘se alquila’ o ‘se vende fondo de comercio’. Eso da la pauta de que es muy difícil llevar adelante un emprendimiento bajo la coyuntura económica actual. Lamentablemente, muchas tiendas cerraron y se perdieron fuentes de trabajo".

Por otra parte, el trabajo estadístico deja ver que el 54,3% de los menores de 14 años, alrededor de 5.900.000 personas son pobres en Argentina, de ese total el 16,6% integran el segmento de los considerados indigentes, es decir, que sus familias apenas tienen ingresos para alimentarse.

En ese sentido, el Obispo apreció que "ahora el gran desafío de la clase dirigente -y de la sociedad toda- es ver cómo se reactiva la economía y sin dudas habrá que ser creativos, porque la pandemia aún no terminó y tenemos que acostumbrarnos a la nueva normalidad y seguir usando elementos de bioseguridad".

De grietas y divisiones

Con respecto a la constante tensión política en la que vive el país, producto de la denominada "grieta" que divide a los principales frentes partidarios y sus adherentes, el Obispo Auxiliar reflexionó que "ese tipo de divisiones no ayudó, ni ayuda a nadie, sólo produce un verdadero atrincheramiento interno de grupos".

Explayándose en su lectura de la realidad, graficó que "es triste ver que gran parte de la clase dirigente gasta mucho tiempo y recursos en peleas que no conducen a nada.

No se mira el bien común, parece que no ven las urgencias que hay que atender, en vez de estar todo el día criticando y descalificando a sus adversarios electorales".

Por último, aseveró que "hay cuestiones como las del trabajo, la educación y la salud en las que hay que aunar esfuerzos y poner allí todos los recursos y la voluntad para sacar adelante a nuestro país cuanto antes".

"Noto, muy a mi pesar, que muchos dirigentes se pasan de largo esos temas y tienen otra agenda: la de la polémica y las divisiones que no conducen a nada", concluyó.

Días atrás, en las Fiestas Patronales de Nuestra Señora de la Merced, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, se manifestó en esa línea y exclamó: "Nada debe interponerse a las prioridades de los que más sufren y nada justifica que se posterguen".

Bajo esa tesitura, Monseñor semblanteó que "tal como hemos actuado a tiempo y con profesionalidad para disponer los recursos humanos y materiales para auxiliar a los enfermos de COVID-19 y acompañar a sus familiares, también debemos actuar con resolución ante las pandemias crónicas que afectan a quienes no llegan a las oportunidades básicas de trabajo, de educación y de salud".

OBISPO AUXILIAR JOSE ADOLFO LARREGAIN

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