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Monseñor Canecin llamó a defender la vida desde el primer instante de la concepción.

En la solemnidad de la Anunciación del Señor, se celebró el "Día del Niño por Nacer". Monseñor Adolfo Canecin, obispo diocesano, participó de un acto en la plaza principal de esta ciudad, frente a la Catedral y luego de una caravana de automóviles por las calles de Goya. Junto a pastores de otras religiones, representantes de la Municipalidad, policía, bomberos voluntarios y público en general, pronuncio una invocación religiosa y reflexionó sobre la importancia de este día.

Monseñor Adolfo Canecin destacó que: "Como Iglesia, sostenemos que la vida es un don de Dios y como tal debe ser valorado y protegido en todas sus instancias” y reflexiono citando el salmo 138, que dice “Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra. Tus ojos ya veían mis acciones, todas ellas estaban en tu Libro; mis días estaban escritos y señalados, antes que uno solo de ellos existiera”.



En ese sentido dijo el obispo señaló que “todo está a la vista de Dios. Hay una realidad que Dios ve ¿y cuál es esa realidad? –preguntó y respondió-es la vida que va gestándose” dijo.



“Que hermosa y qué profunda es la mirada de nuestro Dios, conoce hasta los sentimientos más recónditos del corazón humano, nada es oculto a su mirada” y relató que, en los momentos previos a la realización de este acto, pudo dialogar con dos mujeres que se acercaron para la bendición, una de ella era una mamá que ya conoce la vida que viene porque va a nacer un varón que le puso nombre de Lucas y, otra mamá que todavía no sabe que será”.



“Qué lindo es saber que la vida es un don, un regalo, una gracia de Dios” destacó monseñor Adolfo Canecin e instó “nosotros tenemos que luchar a favor de la vida, por más que nos toca vivir en una cultura de muerte que podemos ver en distintas etapas de la vida y, justamente por eso, no nos tenemos que desanimar” enfatizo el obispo.



Recordó al padre Julián Zini decía en un chamamé “hay que juntarse y arremangarse, ´Neike chamigo´(en guaraní, significa: vamos si). Hay que luchar por estos valores que van más allá de toda expresión religiosa, porque es un valor natural y es un derecho natural la vida”.

Destacó que “la ciencia, ha comprobado y constatado, hace mucho tiempo, la existencia de la vida humana” y profundizó: “Desde el primer instante de la concepción, hay un ser humano distinto a la mama y al papa, que tenemos que respetar y que tiene todos los derechos. Toda vida es única, y especialmente la que crece en el seno materno” desde ese instante.



El obispo Adolfo Canecin, recordó a los presentes que nació un 25 de marzo y este día estaba cumpliendo sesenta y seis años de vida, treinta y seis de sacerdote y nueve años de vida, “las tres cosas, en este mismo día, entonces yo no puedo dejar de agradecer a mis padres que amaban la vida porque creían en Dios”.



“Que la Virgen María, con su cariño de Madre, cuide a cada mujer embarazada, aún en contextos de incertidumbre y dolor, y resguarde a esa ´personita´ que está en el vientre materno”, concluyó.

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