Internacionales

Migración reversa: los emigrantes regresan desde la frontera de EE.UU.

Lo que antes era un flujo sur-norte ahora es norte-sur, menos acentuado pero perceptible. La llegada de migrantes a la frontera con Estados Unidos se ha reducido drásticamente y quienes se encontraban de camino o son expulsados por la Administración Trump a México y Centroamérica toman ahora la ruta hacia sus respectivos países o intentan recolocarse en otros. Es una migración reversa que, como la anterior, genera sus propios problemas: los motivos por los que millones de latinoamericanos marcharon hacia Estados Unidos siguen presentes en sus sociedades; su vuelta los agrava.Donald Trump está deportando inmigrantes ilegales a un ritmo inferior, hasta ahora, de lo que lo hicieron los demócratas Barack Obama y Joe Biden . Sin embargo, la violación de garantías jurídicas, como los casos de algunos deportados o entregados a El Salvador para ser encarcelados allí sin que se hayan respetado sus derechos (es el caso de quienes estaban de manera legal en Estados Unidos o no habían cometido ningún delito, como han advertido los jueces estadounidenses) ha infundido un miedo paralizante. Las imágenes de los agentes del ICE, el cuerpo federal de inmigración y fronteras, patrullando por las calles y las arbitrariedades atribuidas a sus redadas han atemorizado a la comunidad migrante y alertado a sus familiares y a cuantos pensaban emigrar a Estados Unidos. La revisión de los programas de acogida, como los que otorgan un estatus de protección temporal (TPS) a determinados contingentes extranjeros, también constituyen a desistir en los intentos de alcanzar EE.UU.Frontera sur de EE.UU. y el Darién panameñoDe los más de dos millones de detenciones en la frontera con México realizadas en cada uno de los tres últimos años (en 2023 se alcanzó el récord de 2,4 millones) se está descendiendo a una cifra que en 2025 podría no superar un total de 150.000. Y no es porque quienes intentan entrar ilegalmente logren hacerlo sin ser detectados, sino porque la militarización de la frontera llevada a cabo por Trump refuerza su impermeabilidad y constituye un serio elemento disuasorio. El pasado mes de abril, hubo 12.000 detenciones, cuando en abril de los últimos años rondaron o sobrepasaron las 200.000.Noticia Relacionada VIAJE AL MURO DE AMÉRICA (y III) reportaje Si El Paso y Juárez, historia de dos ciudades en la guerra perdida contra el narco Javier Ansorena Son ciudades hermanas. Pero también son dos mundos diferentes. Una fractura norte-sur agudizada por el impacto del narcotráfico en Estados UnidosLos datos del paso de migrantes por la selva del Darién, en Panamá, confirman que esa dinámica va a seguir continuando, pues se ha reducido prácticamente a cero el número de personas que atraviesan ese difícil cuello de botella, obligatorio para todos aquellos que desean llegar por tierra a Estados Unidos desde Sudamérica. De hecho, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino , ha dado Darién por «cerrado». De ser apenas transitado, en 2021 se dispararon las caravanas de migrantes por esa selva, en un flujo que entre ese año y 2024 sumó 1,2 millones de personas; un crecimiento que alimentó los récords de llegadas a la frontera de Estados Unidos.En 2023 se superaron los 500.000 tránsitos por Darién, en un cómputo que los últimos años se ha visto afectado por serios problemas socioeconómicos y políticos en varios países (entre 2021 y 2024, pasaron por Darién 690.000 venezolanos, 165.000 haitianos, 105.000 ecuatorianos y 27.000 cubanos, entre otros grupos nacionales, según la estadística del servicio migratorio panameño). Si en el arranque de 2024 el número de personas que atravesaron la selva rumbo a Estados Unidos fueron casi 40.000 mensuales, en los primeros meses de 2025 el desplome es elocuente: solo 408 en febrero, 194 en marzo y 73 en abril.Ruta hacia el SurParalelamente a este parón del flujo hacia el norte, se está registrando una corriente en sentido inverso, menor en número y sin el registro que antes había: al no tener ya que seguir las rutas de los traficantes de personas y entrar ilegalmente en Panamá a través del Darién, ahora quienes buscan regresar a Sudamérica pueden evitar la selva tomando barcos en algunos puntos de la costa panameña y navegar hasta Colombia. Las autoridades colombianas indicaron que a comienzos de 2025 estaban regresando a su territorio unas 200 personas diarias, mientras que las panameñas calculan que este año puede haber picos diarios de 5.000 transeúntes que dejen el país.Además, el Gobierno de Panamá, con financiación de Estados Unidos, está realizando repatriaciones. Por un lado se encuentran quienes están siendo enviados en avión desde EE.UU. a Costa Rica y Panamá, pero también el camino hacia el sur lo emprenden quienes han desistido alcanzar la frontera estadounidense después de que la Administración Trump la haya sellado.Las causas de la emigración persistenCon todo, las causas de la emigración persisten y el flujo migratorio hacia EE.UU. podría reactivarse en el futuro, quizás en la medida en que el regreso de emigrantes y la ausencia de la válvula de escape socioeconómico que es la emigración agrave la situación en los países emisores. Es cierto que en algunos de estos países las condiciones han mejorado: en El Salvador la violencia se ha reducido drásticamente y la alarma en Ecuador por el crimen organizado se ha moderado, al tiempo que la población venezolana restante parece exhausta para seguir alimentando el exilio a gran escala. Además, a largo plazo el descenso de la natalidad en toda Latinoamérica también hará más estables sus diversas sociedades. Puede ocurrir que las desorbitadas cifras de la emigración ilegal hacia Estados Unidos hayan llegado a su cénit, como otros aspectos de la globalización también pueden haber alcanzado un extremo del que ahora revienen. Primero hubo una gran emigración mexicana a EE.UU., que se moderó y fue superada en la última década y media por los emigrantes de Centroamérica; a su vez, estos fueron superados en número los últimos años por quienes –abriendo la selva del Darién– llegaban desde Sudamérica. No obstante, la cuestión migratoria seguirá llamando a la puerta de EE.UU. y condicionando su debate político.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web