Al menos 80 personas murieron y unas 350 resultaron heridas por un atentado en el que explotó un coche bomba. Ocurrió este miércoles en una zona considerada de alta seguridad en Kabul, muy cerca del palacio de Gobierno.
"Más de 50 vehículos quedaron destruidos", señaló el ministro de Interior afgano en un comunicado en el que también pidió a la población que donara sangre.
Entre las víctimas se cuentan un chofer que trabajaba para la BBC y cuatro periodistas que resultaron heridos de distinta gravedad, según informó la cadena británica.
Cerca del lugar en el que explotó el coche se ubican también las embajadas de Alemania, Turquía y Japón.
Según el vocero de la Policía de Kabul, los primeros datos indican que se usó para el atentado un pequeño camión del servicio de alcantarillado.
Por el momento ningún grupo armado se adjudicó la autoría del ataque. Los talibán negaron cualquier relación con el hecho y señalaron que condenan cualquier "explosión o ataque contra civiles".
En pleno Ramadan, el presidente de Afganistán, Ashraf Gani, había pedido días atrás a todos los grupos insurgentes que respetaran la celebración del mes sagrado y detuvieran sus acciones armadas.