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Maratea cuadriplicó los recursos que el Gobierno de Corrientes destina al cuidado ambiental

El influencer Santiago Maratea lo volvió a hacer: en una ferviente jornada solidaria recaudó $112 millones en donaciones para comprar vehículos y equipos de seguridad para Bomberos Voluntarios de varias localidades. Para magnificar el volumen de la ayuda, vale comparar esa donación con el presupuesto que el Gobierno de Corrientes les asigna a estos rubros: $31 millones a protección de la Ecología y Medio Ambiente y $34 millones para 47 cuarteles de bomberos voluntarios, valores que representan el 0,01% de lo que el Ejecutivo Provincial gastará en el 2022.

Todos los aviones y helicópteros hidrantes, brigadistas y autobombas forestales, comunicación satelital que combaten los incendios en Corrientes son aportes de otras Provincias, del Ejército y Fuerza Área, de países vecinos.

Con casi 800.000 hectáreas arrasadas por el fuego, el 9% de su territorio; la provincia de Corrientes atraviesa uno de los desastres ecológicos más graves de su historia. El 90% de la superficie quemada -hasta el momento- son esteros, bañados, pastizales, bosques nativos, flora y con ella fauna autóctona. El segundo humedal más grande del mundo y principal producto ecoturístico del país, los Esteros del Iberá, son el recurso natural más afectado.

La multiplicación de los focos ígneos -activos desde noviembre de 2021, pero que se intensificaron en los últimos 20 días- movilizan la asistencia del Estado Nacional, de Gobierno de 14 Provincias; ayuda especializada que llega de Brasil, Bolivia y Paraguay.

Las desoladoras imágenes de devastación total conmueven hasta las lágrimas. Las colectas de elementos de seguridad para quienes combaten el fuego, de alimentos y ropa para las familias que lo perdieron todo, de insumos veterinarios para la fauna afectada; se multiplican por miles en todo el país.

Las argentinas y los argentinos están demostrando que el espíritu solidario y colectivista, por suerte; es más potente y eficiente que la desidia de la administración de un Estado.

Administración expuesta y ridiculizada que -como acto de reflejo- lo único que atinó a hacer recolectar agua mineral, latas de conserva y gasas en las oficinas públicas y en el Carnaval Oficial; cuando la mayoría de la sociedad está demandando que se dé por terminada la fiesta y se concentre todos los recursos en sofocar los focos ígneos.

Este fuerte contraste se evidenció claramente en una de esas tantas colectas solidarias: la que encabezó el influencer Santiago Maratea que en 24 horas recaudó casi $112 millones para comprar camionetas, cisternas, equipos de bombeo, indumentarias, herramientas y equipos de seguridad para los cuerpos activos de bomberos voluntarios de varias localidades de Corrientes.

Maratea lo volvió a hacer: rompió su propio récord de recaudación, en pocas horas ayudó a resolver demandas que hace décadas esperan respuestas del Estado provincial. De paso, con un par de tuis e historias de Instagram, terminó de bajarle la soberbia a un Gobernador que hace menos de seis meses fue reelecto por el 76% de los votos, que se jacta de ser el Mandatario con mayor imagen positiva del país, que se proyecta como uno de los presidenciables para el 2023.

Para magnificar el volumen y la potencia solidaria -contrastada con la desidia de la administración provincial- vale comparar la exitosa recaudación de Santiago Maratea con lo que el Estado de la Provincia de Corrientes invierte en política ambiental, en prevención de incendios forestales y en equipamiento para bomberos locales.

El 0,01% de lo que gastará en 2022

La administración del gobernador Gustavo Valdés (UCR y JxC) asignó en la Ley de Presupuesto Provincial 2022 apenas $31,6 millones a las políticas de Ecología y Medio Ambiente (dentro del Instituto Correntino del Agua y el Ambiente), cifra que representa el 0,01% de lo que el Gobierno Provincial gastará este año ($233.181 millones). Es decir que Maratea juntó, en un día, casi cuatro veces más de fondos de lo que el Estado provincial invertirá en protección ambiental.

Ley Provincial N°5.590, de septiembre de 2004, define las políticas de “Prevención y Lucha contra Incendios Rurales y Planes de Manejo de Fuego” en Corrientes. En su Art. 5° indica que “la Prevención y Combate de incendios Rurales” es responsabilidad del Ministerio de Producción, que este año gastará $3.167 millones pero que al área de recursos forestales que se encarga de la prevención de incendios le asignaron $8,7 millones. Monto que no alcanza ni para una autobomba, usada. Maratea juntó, en un día, 13 veces más de fondos.

Corrientes se jacta de ser la provincia con mayor cantidad de bosques implantados del país con 518.000 hectáreas de pino y eucaliptus, con el Estado provincial promoviendo la renta forestal como una de sus principales políticas productivas.

Sin embargo, el Estado provincial no tiene avión hidrante propio; helicóptero con helibalde; autobombas cisternas para incendios rurales; mucho menos cuerpo de brigadistas especializados en incendios forestales y rurales.

Los focos más intensos ya devoraron parte 72.000 hectáreas de esos bosques implantados, principalmente en la zona norte y este de Corrientes en el límite con Paraguay, con Misiones, con Brasil y con Uruguay. Los capitales privados dicen que ya perdieron 500 millones de dólares porque el fuego consumió pasturas ganaderas, ganado y bosques de pino y eucaliptus.

En la zona norte y noreste también se consumieron -con devastación total de flora y carbonización de carpinchos, ciervos, yacaré- parajes rurales con portales de acceso al Parque Nacional y Provincial del Iberá; el gran recurso ecoturístico promocionado internacionalmente, que anualmente atrae a miles de extranjeros e incorpora millones de dólares a la economía provincial.

Ese cuadro desgarrador, de flora y fauna silvestre desbastada en el norte de Corrientes, motorizó la colecta solidaria de Maratea: parte de los $112 millones que recaudó lo destinará a la compra de camionetas y autobombas para los bomberos voluntarios de San Miguel, de Loreto, de Berón de Astrada, de Saladas y elementos de seguridad para el Consorcio de Manejo del Fuego de Virasoro, entre otros cuarteles.

En Corrientes hay 47 cuarteles de Bomberos Voluntarios (para 74 Municipios) con 1.322 personas que hoy están en la primera línea de batalla contra el fuego, arriesgando la vida en una pelea injusta y desigual.

Y lo hacen con lo que tienen a mano: vehículos (acondicionados) donados, equipos e indumentarias que fueron adquiridas con rifas o venta de comidas, con cisternas y combustible que le aportan las comunas. La Policía provincial apenas tiene dos cuarteles y unos pocos agentes, pero solo con jurisdicción en la Capital correntina.

Cuando se intensificaron los focos de incendios y se evidenció la falta de elementos para un combate eficiente a los incendios, el pasado 14 de febrero el gobernador Gustavo Valdés les otorgó $34 millones en subsidios (Decreto Nº207/22) a las 47 entidades que integran las distintas Asociaciones de Bomberos Voluntarios de Corrientes. Los fondos eran para que compren algunos insumos para combatir las llamas que ya se habían tragado ecosistemas enteros.

En un día, Santiago Maratea juntó 3,5 veces más de recursos para comprar camionetas y autobombas, de lo que el gobernador Gustavo Valdés les asignó como ayuda a los bomberos voluntarios que están en la primera línea de combate al fuego.

Depender de la caridad

Absolutamente todos los aviones hidrantes, helicópteros con helibaldes, autobombas cisternas, camiones y camionetas 4×4, equipos de comunicaciones satelitales, base de operaciones, talleres móviles, brigadistas forestales y bomberos especializados (unas 1.600 personas de 2.800 que combaten el fuego) que hoy están combatiendo los focos de incendio en Corrientes son aportes del Ejército y de la Fuerza Área Nacional, de 14 Estados Provinciales; de países vecinos como Brasil, Bolivia, Paraguay; de las empresas agrupadas en el Consorcio de Manejo del Fuego de la Asociación Forestal de Corrientes.

Ante la falta de política pública para la protección activa del ambiente y los ecosistemas frágiles, la falta de inversión pública en equipos propios y en acciones preventivas para evitar este tipo de catástrofes ambientales; hoy en la provincia de Corrientes la principal política de Estado es culpar al otro, depender de la caridad, apelar a la superstición e invitar a rezar mirando al cielo para que pronto llueva y se apague este infierno.

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