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Indonesia tiene la tasa más alta de muertes de niños por Covid

Cientos de niños han muerto de coronavirus en las últimas semanas, muchos de ellos menos de 5 años, la tasa de mortalidad más alta del mundo y que además, según los médicos, desafía la idea de que el Covid-19 entraña un riesgo mínimo para los más chicos.

Esas muertes -más de cien por semana durante julio- se están produciendo en medio del mayor brote de casos que haya tenido Indonesia desde el principio de la pandemia y de las crecientes críticas que reciben sus autoridades por su imprevisión y lentitud de respuesta ante la crisis.


“Tenemos las cifras más altas del mundo”, dice el doctor Aman Bhakti Pulungan, director ejecutivo de la Sociedad de Pediatría de Indonesia, en referencia a la tasa de mortalidad. “¿Cómo no estamos dando lo mejor por nuestros niños?”.

El aumento de la mortalidad en niños coincide con el auge de la variante delta en el sudeste asiático, donde la vacunación es muy lenta y la nueva cepa está causando récords de casos, no solo en Indonesia, sino en Tailandia, Malasia, Myanmar y Vietnam.

Indonesia —el cuarto país más poblado del mundo— superó este mes a la India y Brasil en la cantidad de contagios diarios y se convirtió en el nuevo epicentro de la pandemia. Tan solo el viernes pasado, se registraron casi 50.000 nuevos contagios y 1566 muertes en la población en su conjunto.

Según informan los pediatras, actualmente los niños representan el 12,5% de los casos confirmados del país, un aumento considerable en comparación con los meses anteriores, dice el doctor Pulungan, y agrega que tan solo en la semana del 12 de julio murieron de Covid-19 más de 150 niños, y que más de la mitad eran menores de 5 años.

Críticas

En total, Indonesia ha reportado oficialmente más de 3 millones de casos y 83.000 muertes, pero los expertos en salud pública dicen que las cifras reales deben multiplicar varias veces ese número, ya que Indonesia casi no hace testeos. Quienes critican a las autoridades dicen que han relegado a los expertos a un rol secundario en la lucha contra la propagación del virus, incluso después de comprobar los estragos de la variante delta en la India, en febrero y marzo de este año.

“El gobierno de Indonesia nunca se tomó en serio la pandemia”, dice Alexander Raymond Arifianto, investigador de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam, en Singapur. “Simplemente no escuchan a los expertos sobre la mejor forma de manejar esta situación.”

El domingo, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, extendió hasta el 2 de agosto algunas restricciones a las reuniones y los comercios, pero relajó otras, como permitir que reanuden sus actividades los mercados tradicionales, aunque con protocolos de seguridad.

"Hasta ahora, los niños eran las víctimas ocultas de esta pandemia. Pero ya no"

Widodo, un exempresario que desde que empezó la pandemia se mostró reacio a imponer cierres que frenen la economía, había avisado que comenzaría a levantar las restricciones si el número de casos disminuía.

“Gracias a nuestro arduo esfuerzo conjunto, si Dios quiere pronto podremos librarnos del Covid-19 y las actividades socioeconómicas podrán volver a la normalidad”, dijo el mandatario el domingo por la noche.

Más de 800 niños indonesios menores de 18 años han muerto a causa del virus desde que comenzó la pandemia, dice el doctor Pulungan, pero la mayoría de esas muertes ocurrieron solo en el último mes.

“Hasta ahora, los niños eran las víctimas ocultas de esta pandemia”, dijo el doctor Yasir Arafat, asesor sanitario para la región de Asia de la agrupación sin fines de lucro Save the Children. “Pero ya no.”

“En países como Indonesia no solo estamos viendo un número récord de niños que mueren a causa del virus, sino que también estamos viendo un aumento alarmante de niños que se saltean el régimen de vacunación de rutina y los servicios de control de nutrición que son fundamentales para su supervivencia”, dice Arafat. “La mayor alarma es esa”.

Los motivos

Los expertos en salud dicen que son varios los factores que pueden haber contribuido a ese aumento de muertes entre los niños. Algunos podrían ser vulnerables al virus debido a problemas de salud subyacentes, como desnutrición, obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas, dijeron los médicos.

La baja tasa de vacunación de Indonesia es otro factor. Solo el 16% de los indonesios ha recibido una dosis y solo el 6% ha sido completamente vacunado, según el proyecto de recolección de datos Our World in Data, de la Universidad de Oxford. Al igual que otros países, Indonesia no vacuna a los niños menores de 12 años y solo recientemente comenzó a vacunar a los que tienen entre 12 y 18 años.

También hay muchos hospitales de Indonesia que se han visto desbordados por el reciente aumento de casos, con pacientes esperando en pasillos y carpas improvisadas hasta que se libera una cama. Se han abierto pocas salas para atender a niños con Covid.

“¿Dónde esperan que pongamos a los niños con Covid? ¿En la guardia de emergencias?”, se pregunta el doctor Pulungan. “Las guardias están colapsadas con los adultos, y como se ha visto en las últimas dos semanas, a veces la gente tiene que esperar durante días en la sala de emergencias. ¿Vamos a someter a los niños a eso?”

Con los hospitales al máximo de su capacidad, casi dos tercios de los pacientes adultos se quedan aislados en su hogar, y eso aumenta la posibilidad de contagio de los niños, dice Edhie Rahmat, directora ejecutiva para Indonesia del grupo de atención médica sin fines de lucro Project HOPE.

Los bebés también están en riesgo, por la tradición de celebrar los nacimientos con la visita de amigos y vecinos a la casa, dice Rahmat.

El doctor Pulugan dice que la mejor manera de empezar a cuidar a los niños es educar a los grandes para que cumplan con los protocolos de salud.

“Todo depende de los adultos”, dice. “Los tercos, los que se niegan a usar barbijo, son los adultos. Y son los adultos los que llevan a sus hijos a lugares llenos de gente.”

Indonesia, un inmenso archipiélago de 17.500 islas, también se ubica en el tercio de los países que menos testean, dice el doctor Windhu Purnomo, profesor de epidemiología en la Universidad de Airlangga, en Surabaya.

El ministro de salud del país, Budi Gunadi Sadikin, se fijó una meta de 400.000 hisopados al día, pero el país nunca se acercó ni remotamente a esa cifra. La semana pasada, el número cayó por debajo de 115.000 testeos.

El promedio de positividad de los testeos está por encima del 30%, señal de que el virus se está propagando rápidamente y de que no se está testeando los suficiente. La Organización Mundial de la Salud recomienda una tasa de positividad por debajo del 5%.

“Al observar estos números comprobamos que las restricciones de emergencia no funcionaron”, dice Purnomo.

Quien lidera la respuesta de Indonesia al Covid-19 es Luhut Pandjaitan, ministro coordinador de asuntos marítimos e inversiones y tal vez el asesor de mayor confianza del presidente Widodo. La semana pasada, Pandjaitan prometió que el gobierno aumentaría los testeos y rastreos, y que habilitaría más centros de aislamiento, especialmente en los barrios más densamente poblados.

“Créanme que estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo, pero la realidad es que la variante delta nos ha puesto en una situación muy difícil”, dijo Pandjaitan ante los periodistas. “Y ningún país del mundo puede jactarse de haberla superado.”

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