Un ex portero de una escuela de Santo Tomé fue sentenciado a 18 años de prisión por violar de manera reiterada a la hija de quien por entonces era su pareja. Durante su infancia, la víctima vivió una auténtica pesadilla que se vio reflejada en el debate que se llevó adelante en el Tribunal Oral Penal de la localidad.
Primero comenzó con manoseos mientras la madre estaba ausente, cuando la niña apenas tenía 12. Luego, el tormento se agravó con las violaciones que fueron cometidas por el sujeto que entonces era su padrastro, un pervertido identificado como Víctor Daniel Hernández, quien antes de ser arrestado por los tremendos crímenes, se desempeñaba como portero de una escuela técnica de Santo Tomé, dato por demás preocupante si se tiene en cuenta que un criminal sexual de esas características estuvo tanto tiempo cerca de infantes.
A todo esto debe decirse que del caso se desprende información tremenda. Por ejemplo, que la menor fue violada en moteles ubicados a la costa del río Uruguay. A pesar de que al menos una persona debió haber visto cuando el hombre ingresaba con una nena a un alojamiento con claros fines sexuales, las violaciones ocurrieron al menos unas 50 veces.
Hernández se encontraba detenido desde 2014, cuando la madre de la nena se enteró de todo lo ocurrido y efectuó una denuncia al respecto. Es así que ese mismo día fue arrestado Hernández, sospechado de haber cometido abusos sexuales reiterados, agravados por la edad de la víctima y la relación de convivencia.
La gravedad del tema motivó a que la querella solicitara una pena de 30 años ante los jueces López Lecube, Petrucci y Ríos.
Según indicaron fuentes del caso, las pruebas contra Hernández fueron contundentes, ya que se encontraron rastros genéticos en varias prendas de la víctima.
De esta manera, Hernández deberá pasar varios años preso. La querella en tanto indicó sentirse conforme y con la esperanza de que el fallo sea un aporte en la lucha contra los abusos sexuales, sobre todo los infantiles.