Al canto de: “¡El Papa toma mate!”, los jóvenes argentinos recibieron al Santo Padre Francisco, una vez finalizada la Misa de los Argentinos. Desde Panamá, integrantes de la delegación goyana informaron a la prensa, que en la Jornada Mundial de la Juventud que se realiza en Panamá, junto a otros argentinos, participaron de la celebración de la Eucaristía que presidió arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello.

 

“Los jóvenes no están paralizados, son el centro de nuestra Iglesia y sociedad”, afirmo monseñor Oscar Minarro,  al tiempo que lamentó que, a veces, los jóvenes queden relegados en las pastorales de juventud.

 

El prelado recordó que el papa Francisco “invita a los jóvenes a que pasen adelante, a que sean protagonistas, que sean el centro de las pastorales, porque tienen mucho para hacer y no vemos que tengan las manos paralizadas”, dijo refiriéndose al pasaje del Evangelio sobre la curación de un hombre en un sábado.

 

“Jesús nos invita a que nuestras manos se puedan abrir para encontrarse y poder trabajar con ellas y expresar muchos sentimientos”, añadió.

 

En este sentido, monseñor Miñarro animó a los jóvenes a volver al país “con una mirada que ayude a los demás a ponerse en movimiento, a descubrir que no hay parálisis para los jóvenes, a descubrir que podemos estar en el centro de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad”.-