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Funcionarios municipales de Mercedes participaron de una jornada de espiritualidad cristiana

Alrededor de sesenta personas, funcionarios y autoridades públicas de la Municipalidad de Mercedes, han participado de una Jornada de Espiritualidad Cristiana y Reflexión en la Casa de Retiros San Liborio, de Solari, acompañados por el obispo monseñor Adolfo Ramon Canecin y del equipo de Formación Ciudadana de la Diócesis de Goya. Participaron el intendente y vice intendente municipal, concejales, funcionarios del gabinete y empleados municipales. Se han desarrollado tres temas durante toda la Jornada, dos con instancias de trabajo personal y el último de manera grupal.



El primer tema “El mirar de Dios es Amar” basado en el Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz, fue una exhortación y predicación profundamente kerygmática de Monseñor Adolfo Ramón Canecin, a través de la Palabra de Dios, que llevó a descubrir cómo mira quién ama.



“Cómo es el mirar de Dios, cómo nos mira y cómo podemos dejarnos mirar por Dios, a pesar de nuestras debilidades y pecados. Sentir su amor y misericordia en nuestra vida para mirar y amar a nuestros hermanos, como Él nos mira y nos ama” abordo el obispo diocesano.



Luego de un momento personal para “dejarnos mirar por Dios”, reflexionaron sobre: “Qué pide a Dios una autoridad pública”. A través de una breve invocación al Espíritu Santo, miembros del Equipo de Formación Ciudadana, compartieron la lectura de la Palabra de Dios basada en el texto bíblico de 1°Reyes 3, 4-15. Pasado un momento, se reunieron en la Capilla frente a Jesús Eucaristía, para presentar nuestros pedidos al Señor.



Luego del almuerzo y un breve descanso, continuo la última parte de esta Jornada. En base al mensaje del Papa Francisco se reflexionó de manera grupal, la pregunta ¿Cómo hacer de la política una forma de caridad y cómo vivir la caridad en la política?. El objetivo de este tema fue pensar en lo que se esta haciendo para vivir la política como carida, la caridad en la política y, qué falta trabajar aún.



La Jornada culminó con la celebración de la Misa, presidida por monseñor Adolfo Canecin. como acción de gracias por todo lo compartido, vivido y reflexionado en torno al servicio de la función pública y del aporte que cada uno puede hacer en pos de la búsqueda del bien común.



En la Santa Misa, el obispo invito a compartir las reflexiones trabajadas de manera grupal donde se resaltó que la caridad tiene un principio de realización primera, en el círculo primario donde me relaciono de manera más cercana, que es la familia.



Pasando al ámbito público se enfatizó que el Estado es una herramienta eficaz para poder ayudar al prójimo en la satisfacción de sus necesidades, y que estas no son sólo necesidades materiales sino también espirituales: acompañar comprometidamente, “acompasar”, escuchar, servir con responsabilidad y humildad, ser empáticos, formar comunidades solidarias, enseñar a que las personas sean partícipes y artífices en la búsqueda y construcción de soluciones a las dificultades y problemáticas que atraviesan, no sólo brindar asistencia de manera ocasional o por interés.



En el cierre del retiro espiritual monseñor Adolfo Canecin enfatizó que “la función pública, en tanto forma de caridad vivida en la política, es una de las tareas más loables que puede ejercer una persona ya que participa en la tarea de perseguir el bien común sirviendo a los demás”.



En este sentido, el obispo inspirado en la Palabra de Dios, evoco el pedido que Salomón le había realizado a Dios cuando le dijo “Pídeme lo que quieras”: “Concede entonces a tu servidor un corazón comprensivo, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal” (1° Reyes 3, 9), Monseñor Adolfo Canecin indicó que, “si sabemos pedir lo primordial, todo lo demás, viene por añadidura: “Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura” (Mt. 6, 33).



Antes de finalizar la celebración, se dedicó un momento a evaluar entre todos los presentes, cómo habían vivido esta Jornada de Espiritualidad. Algunos de los ecos de la misma: lo lindo de haber compartido como compañeros de trabajo esta jornada que les permitió reconocerse como hermanos; la experiencia de sentir la presencia de Dios en ese lugar; el gozo de haber respondido a la invitación de Dios a estar en esta Jornada y hacerle un lugar a Él. Asimismo, se indicó que sería lindo que estas experiencias y encuentros sean replicadas en otros municipios y que otros tengan la oportunidad de vivir lo que han podido experimentar juntos.



Desde el Equipo de Formación Ciudadana de la Diócesis de Goya, destacaron “la alegría de saber que la Iglesia está cercana y no ajena al ámbito de lo público, a los problemas que atraviesa la sociedad, revalorizando la política como ámbito y posibilidad de transformación de las condiciones sociales, económicas y culturales injustas” expreso un integrante.



Al finalizar, monseñor Adolfo Canecin, en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, animo a descubrir: “el gran amor que Dios nos tiene y lo que soñó para cada uno de nosotros”.-

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