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Francisco: Las crisis matrimoniales no son una maldición sino una oportunidad

Encuentro del Papa con los miembros de la Asociación Retrouvaille, un servicio vivencial para parejas en crisis.

El papa recordó esta mañana el valor de las heridas familiares que, "puestas al servicio de los demás, ayudan a curarse a sí mismas y a quienes las padecen", dijo durante su encuentro con los miembros de la Asociación Retrouvaille en el Aula Pablo VI.

El pontífice destacó que la crisis es parte de la historia de la salvación y nos invita a "perder el tiempo" para acompañar a los cónyuges con paciencia, respeto y disponibilidad.

Participaron del encuentro unas 600 personas vinculadas a la Asociación Retrouvaille, un servicio vivencial para parejas en crisis ofrecido a parejas casadas o en convivencia que sufren graves problemas de relación, que están a punto de separarse o ya separados o divorciados, y que pretenden para reconstruir su relación amorosa trabajando para salvar su matrimonio roto, herido y desgarrado.

Antes del encuentro con el Santo Padre, hubo espacio para algunos testimonios y también para escuchar a fray Marco Vianelli, director de la Oficina del episcopado italiano para la Familia durante dos años.

El sacerdote recuerdó que la experiencia de acompañar a las familias heridas es un recurso precioso, porque la mayoría de las veces, las lagunas surgen de las heridas. En este tiempo del Sínodo, plantea el desafío de no permanecer en su propio entorno, sino de ofrecer el 'bordado de las lágrimas' como un servicio muy útil a la Iglesia.

Teme los conflictos, no las crisis

Dirigiéndose a los presentes el Papa acoge con satisfacción este "encuentro" precisamente durante el Año de la Familia Amoris Laetitia. A lo que debemos temer es a caer en el conflicto - subrayó el Papa - porque es difícil encontrar una solución al conflicto. En cambio, la crisis te hace bailar un poco, te hace sentir mal por momentos pero puedes salir de la crisis, siempre y cuando salgas mejor”. Y agrega que es difícil salir solo de la crisis. Por eso instó, a no tener miedo a la crisis, sino a tener miedo al conflicto.

El Papa inmediatamente se detiene en la palabra crisis que, lamentablemente, el período de la pandemia nos ha familiarizado.

La crisis es considerada por el Papa como una "oportunidad para dar un salto cualitativo en la relación". Y se refirió a la exhortación Amoris laetitia en la parte dedicada a las crisis familiares. Luego tomó en consideración, a partir de las vivencias de las parejas, la otra palabra clave: heridas.

Porque las crisis de las personas producen heridas, llagas en el corazón y en la carne. “Heridas” es una palabra clave para usted, es parte del vocabulario diario de Retrouvaille. Es parte de tu historia: de hecho, son parejas heridas que pasaron por la crisis y están curadas; y por eso mismo pueden ayudar a otras parejas heridas. Tomaron la crisis de la mano para buscar una solución, dijo Francisco.

Las heridas de las parejas, un regalo para compartir

Francisco agradece a Retrouvaille porque la experiencia vivida por los cónyuges se pone al servicio de los demás. Y habla de "un don precioso tanto a nivel personal como eclesial", y gracias porque es un gesto que hace crecer y madurar a otras parejas.

Hoy hay una gran necesidad de personas, de esposos que sepan dar testimonio de que la crisis no es una maldición, es parte del camino y constituye una oportunidad.

El Papa insistió en que incluso los sacerdotes, los obispos, deben recorrer este camino, el de considerar la crisis como una oportunidad.

“Al contrario -dijo- seríamos sacerdotes y obispos encerrados en nosotros mismos sin un diálogo real con los demás”.

Pero para ser creíble es necesario haberlo experimentado. No puede ser un discurso teórico, una "exhortación piadosa", no sería creíble. En cambio, das un testimonio de vida. Estuvieron en crisis, resultaron heridos; gracias a Dios y con la ayuda de tus hermanos y hermanas están curado; y decidieron compartir tu experiencia, para ponerla al servicio de los demás.

A continuación, el Papa menciona los dos textos bíblicos del Buen Samaritano y de Jesús resucitado que muestra sus heridas a los discípulos. Se trata de pasajes evangélicos que la asociación considera en paralelo y cuya yuxtaposición -observó Francisco- lo ayudó a ver mejor que el vínculo entre estas dos figuras "pasa por heridas, heridas".

En el carácter del buen samaritano, Jesús siempre fue reconocido, desde los escritos de los Padres de la Iglesia. Tu experiencia ayuda a ver que ese samaritano es Cristo Resucitado, que guarda las llagas en su cuerpo glorioso y por eso mismo es capaz -como dice la Carta a los Hebreos- de sentir compasión por ese herido abandonado en el camino, por las heridas de todos nosotros.

Esposos, protagonistas de una comunidad que "acompaña"

En el centro del discurso del Papa está también la palabra acompañar, "una de las palabras más importantes en el proceso desde sobre la familia de 2014-2015 "y que constituye -dijo el pontífice- la primera respuesta a la realidad de muchas parejas en dificultad o ya divididas. Lo que se destaca aquí es que este compromiso concierne evidentemente al ministerio de los pastores" pero también implica en la en primera persona los esposos, como protagonistas de una comunidad que acompaña".

El Papa alabó la experiencia de Retrouvaille también porque nació" de abajo", escuchando al Espíritu Santo que" suscita nuevas realidades en la Iglesia que responden a nuevas necesidades".

Escuchar su crisis los invita a contar, a expresarse. Y luego los levanta de su necedad, los sorprende al revelarles una perspectiva diferente, que ya existía, ya estaba escrita, pero no lo habían entendido: no habían entendido que Cristo tenía que sufrir y morir en la cruz, que la crisis es parte de la historia de la salvación.

El Papa insiste en este aspecto y lo dice dos veces: la crisis es parte de la historia de la salvación. Y agrega: La vida humana no es una vida de laboratorio, ni una vida aséptica, como bañada en alcohol. La vida humana es una vida en crisis con todos los problemas de cada día.

"Acompañar", concluyó Francisco, significa "perder el tiempo" para estar cerca de situaciones de crisis. Y muchas veces se necesita mucho tiempo, se necesita paciencia, respeto, disponibilidad. Todo esto es para acompañar. Y ustedes lo conoces bien".+

FAMILIA PAPA FRANCISCO VATICANO

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