La mujer se rió cuando un falso sicario le entregó las fotos que simulaban la muerte de su marido.
Con ayuda del FBI, Ramón Sosa, un entrenador de boxeo que vive en Texas, Estados Unidos, fingió su muerte y así engañar a su esposa, quien estaba dispuesta a pagar 2 mil dólares para que lo asesinara.
La pareja se conoció en 2007 y tres años después, luego de contraer matrimonio, abrieron un gimnasio. De todas maneras, no todo salió como esperaban y los problemas financieros terminaron arruinando la relación, hasta tal punto que ella solicitó el divorcio, según informó Daily Mail.
A raíz de los inconvenientes, María “Lulú” Sosa tomó la drástica decisión de llamar a un hombre para organizar el crimen de su esposo, aunque tuvo la mala suerte de que ambos eran amigos por haber entrenado juntos. "Cuando me llamó y dijo que necesitaba verme porque alguien 'quería matarme', pensé que estaba de broma", dijo Sosa.
El potencial asesino llevó un micrófono oculto al reunirse con la mujer y registró el momento en que esta le ofrecía una recompensa económica por llevar a cabo el asesinato. La grabación fue presentada ante la Policía del Condado de Montgomery y, con el apoyo del FBI, los oficiales planearon una emboscada.
Para ello, Ramón Sosa fue maquillado para aparentar que había muerto de un disparo en la cabeza y le tomaron una fotografía dentro de una fosa cavada en el desierto. "Pretender que estaba muerto fue terrorífico", confesó el hombre.
Un agente que simuló ser el sicario autor de los hechos se encontró con María Sosa en un estacionamiento y le mostró las instantáneas: "Aparentemente, ella se rió", indicó.
Finalmente, la conspiradora fue arrestada y condenada a 20 años de prisión. Ramón Sosa aseguró que, a pesar de estar vivo, “nunca seré el mismo hombre”. Minuto Uno