El surfskate puede definirse como una práctica que combina elementos del skate y del surf. Se trata de una variante del skateboarding que emplea una tabla especial capaz de reproducir los movimientos del surf, pero trasladados al pavimento. Por esa razón, a quienes comenzaron a practicarla en sus inicios se los conocía como “surfistas de la calle”.
Sus orígenes se sitúan en el sur de California, Estados Unidos, durante la década de 1950. En aquellos años, los surfistas buscaban una alternativa de entrenamiento para los días en que no había olas o cuando el clima impedía ingresar al mar, y así nació esta modalidad.
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Según explica la instructora Catalina Mac Gaul, la principal distinción radica en el objetivo de cada disciplina: mientras que en el skate tradicional predominan los trucos, cortes y saltos, el surfskate busca fluidez, trabajar las líneas, las curvas y las rotaciones. “Son patinetas pensadas para principiantes”, señala Claudio Morales, instructor y fabricante de tablas, quien agrega que su diseño facilita maniobras como doblar o trepar paredes.
Entre las particularidades del surfskate se destacan:
* Movimiento ondulante, más parecido al surf que al skate callejero.
* Carving y pumping como ejes principales, generando velocidad con el cuerpo, tal como lo hacen los surfistas en una ola.
* Mayor exigencia de equilibrio y coordinación.
* Estética fluida y menos acrobática, diferente a la técnica de los trucos en skate.
Este parecido con la dinámica del surf llevó a muchos riders a utilizar el surfskate como herramienta de entrenamiento, ya que contribuye a perfeccionar el equilibrio, la fuerza y la confianza. No es casual que, cerca de los spots playeros, suelan encontrarse pistas preparadas para la práctica. “Es ideal para quien quiere mejorar su técnica en el agua”, afirma el diseñador de tablas Claudio Morales.
El médico traumatólogo Lucas Fernández Korosec (M.N. 157110) subraya que el surfskate también ofrece múltiples ventajas fisiológicas:
* Equilibrio y coordinación: “Al reproducir los movimientos del surf, se exige un control corporal preciso que fortalece la propiocepción. Además, con sesiones aeróbicas de al menos 20 minutos se favorece la salud cardiovascular, la resistencia y la capacidad pulmonar”, detalla.
* Fortalecimiento del core y tren inferior: la práctica trabaja la zona media — abdominales y lumbares — junto con las piernas (cuádriceps, glúteos, isquiotibiales y gemelos). Esto ayuda a mejorar la postura y a reducir molestias en la zona lumbar, a la vez que mantiene la movilidad articular.
* Apoyo en rehabilitación: “Al simular movimientos naturales sin impactos excesivos, es útil en procesos de recuperación de tobillo, rodilla o cadera. Mejora estabilidad, control motor y fuerza de músculos estabilizadores”, explica.
Además, todos estos efectos físicos repercuten en lo psicológico: “Ayuda a disminuir la ansiedad y el estrés, generando bienestar mental”, añade el especialista.
Fernández Korosec advierte que, como en cualquier deporte, existen riesgos: las caídas suelen provocar lesiones en muñecas y codos, o esguinces en rodillas y tobillos. Recomienda siempre usar equipo de protección como casco, muñequeras, coderas y rodilleras.
Por su parte, Morales apunta que el error más frecuente de los principiantes es intentar forzar la tabla sin sentir primero su movimiento natural: “El impulso que genera la tabla es lo que hay que aprovechar para doblar lo más cerrado posible”.
Instructores y especialistas coinciden en que el surfskate no tiene límite etario. “Lo puede disfrutar desde un niño de cuatro años hasta una persona mayor de 60”, asegura Morales.
Además, destaca que, al ser menos agresivo que el skate y menos veloz que el longboard, se convierte en una alternativa más segura y accesible.
Fuente: https://www.diarioregistrado.com/deportes/este-deporte-esta-cada-vez-mas-de-moda-y-es-como-surfear-sin-agua--de-cual-se-trata_a68cc5f09d1b5d1c2e2faf5c3