Policiales

Estafa millonaria con la venta de automóviles en consignación

Crédito: 118080

La Policía tiene encaminada una investigación para dar con un hombre que montó una agencia de compra y venta en Corrientes. Dueños de vehículos se los dejaban para que los comercializara, como intermediario. Pero una vez que lo hizo se quedó con el dinero y huyó.



Es­ta­fa y de­frau­da­ción. Así se de­no­mi­na la cau­sa pe­nal que la Po­li­cía de Co­rrien­tes in­ves­ti­ga a par­tir de una “ca­ta­ra­ta” de de­nun­cias re­ci­bi­das, prin­ci­pal­men­te, du­ran­te el año pa­sa­do. El au­tor se­ría un hom­bre so­bre quien ya exis­te un pe­di­do de cap­tu­ra. Es­tá acu­sa­do (o sos­pe­cha­do) de ha­ber ob­te­ni­do una ci­fra mi­llo­na­ria con la ven­ta de au­to­mó­vi­les que de­ce­nas de per­so­nas se lo de­ja­ban en con­sig­na­ción, a tra­vés de una agen­cia de com­pra y ven­ta mon­ta­da en la ca­pi­tal pro­vin­cial.



Efec­ti­vos de la Di­rec­ción de In­ves­ti­ga­ción Cri­mi­nal (DIC), en un des­plie­gue dis­pues­to a par­tir de ex­hor­tos emi­ti­dos por el Juz­ga­do de Ins­truc­ción 3, re­cu­pe­ró uno de los ve­hí­cu­los en el in­te­rior de la pro­vin­cia de Cha­co.

 

Ese au­to, un Fiat Pa­lio mo­de­lo 2013, es na­da me­nos que uno de los ca­si 40 ro­da­dos que el “co­mi­sio­nis­ta” ha­bría co­mer­cia­li­za­do y cu­yo di­ne­ro no lle­gó (o fue en cuo­tas me­no­res) a ma­nos de los due­ños.



De acuer­do a in­for­ma­ción re­co­pi­la­da por dia­rio épo­ca, el pre­sun­to ilí­ci­to era co­me­ti­do con una sim­ple me­to­do­lo­gí­a. So­bre ave­ni­da Juan Do­min­go Pe­rón (Ca­za­do­res Co­rren­ti­nos) en­tró en fun­cio­na­mien­to una agen­cia de au­to­mó­vi­les. Mu­chas per­so­nas que te­ní­an in­ten­cio­nes de con­se­guir di­ne­ro en efec­ti­vo, pa­ra sal­dar deu­das o afron­tar otros pro­yec­tos, acu­die­ron a es­te si­tio con sus ve­hí­cu­los pa­ra de­jar­los a la ven­ta.



El res­pon­sa­ble del si­tio, al pa­re­cer, les de­cía que lo­gra­ría una bue­na tran­sac­ción a cam­bio de un pe­que­ño por­cen­ta­je de la ope­ra­ción. Así fun­cio­nan las ven­tas en con­sig­na­ción.



Sin em­bar­go, ta­les per­so­nas co­me­tie­ron un error in­vo­lun­ta­rio pe­ro in­du­ci­do de par­te del es­ta­fa­dor. Lo­gra­ba que to­dos fir­ma­ran el do­cu­men­to de­no­mi­na­do “Ce­ro Ocho”, con lo cual te­nía la po­tes­tad de ha­cer las ope­ra­cio­nes sin que los due­ños lo su­pie­ran, sin avi­sar­les. Mien­tras, él de­cía que los lla­ma­ría ape­nas “ten­ga no­ve­da­des”.



Se­gún al­gu­nos po­cos de­ta­lles que tras­cen­die­ron has­ta el mo­men­to, una vez con­su­ma­da mu­chas ven­tas en un cor­to pe­rí­o­do y de un día pa­ra el otro op­tó en ir­se de la pro­vin­cia. Fue cuan­do el mon­ta­je em­pe­za­ba a ca­er.



Los de­tec­ti­ves de la DIC via­ja­ron la se­ma­na pa­sa­da has­ta La Le­o­ne­sa, don­de en­con­tra­ron el Fiat Pa­lio en po­der de un com­pra­dor de bue­na fe. Le in­for­ma­ron de la si­tua­ción y tu­vo que de­vol­ver el ve­hí­cu­lo, con­vir­tién­do­se tam­bién en una víc­ti­ma de es­ta­fa.



A ra­íz de las di­fe­ren­tes de­nun­cias, hay un lar­go tra­ba­jo por ha­cer. Co­men­zar a ras­tre­ar uno a uno los au­tos co­mer­cia­li­za­dos.



El prin­ci­pal au­tor de es­tos ac­tos ha si­do iden­ti­fi­ca­do. Es­tá pró­fu­go. Po­dría te­ner de cóm­pli­ces a una o dos per­so­nas, cu­ya par­ti­ci­pa­ción to­da­vía es mo­ti­vo de in­ves­ti­ga­ción.



En prin­ci­pio la ver­sión apun­ta a una es­ta­fa cuan­ti­fi­ca­da en al­gu­nos mi­llo­nes de pe­sos.

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