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Entre Ríos: la Corte Provincial anuló un juicio por jurados y benefició al femicida de Julieta Riera

Julián Christe, hijo de una ex jueza de Entre Ríos, fue condenado en un juicio por jurados a prisión perpetua en 2021. Se lo declaró culpable de haber empujado a Julieta Riera, que tenía 24 años, desde un octavo piso del departamento que compartían en plena pandemia, en abril de 2020.



En octubre de 2022 la Cámara de Casación Penal confirmó la condena pero el 2 de junio pasado, la Sala Penal del Superior Tribunal Judicial (STJ) anuló el juicio por jurados. Es la primera vez que un Tribunal Superior revoca un fallo confirmado por el tribunal de segunda instancia bajo este esquema. Se trata del séptimo juicio por jurados que se realiza en la provincia.



El pasado 3 de Junio, Nina Brugo, feminista histórica e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y además prima del abuelo de Julieta, subió al escenario ubicado en el Congreso en el marco de la movilización de Ni Una Menos, a pocas horas de conocerse la resolución: “Hoy vengo como familiar. Un jurado popular condenó al femicida de mi nieta y ayer ese juicio fue anulado por un tribunal superior”. Por su parte, la madre de Julieta, Ana Brugo, dijo que le causa mucha angustia y dolor tener que volver a revivir tantas cosas: “Ya estaba juzgado y veo muy injusto que él tenga este privilegio”.



La abogada de la familia de Julieta Riera, Corina Beisel, declaró que van a recurrir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la defensa pidió la excarcelación de Julián Christe, quien había sido condenado por el delito de "homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y por haber sido cometido mediando violencia de género".



El juicio por jurados



El juicio por jurados estuvo integrado por 12 personas y el juez técnico fue Elvio Garzón, uno de los impulsores de este mecanismo en la provincia litoraleña. Dentro de los fundamentos de la resolución se explica que “al verificar las instrucciones finales brindadas por el Juez Técnico, Dr. Elvio Garzón, es dable constatar defectos notorios, falta de claridad y, falta de objetividad, en algunas de ellas, entre más de 120 instrucciones finales que se dieran al Jurado, lo cual, de por sí, ya importa una complicación”. Otro de los puntos relevantes tiene que ver con “el esfuerzo que debe realizar el Jurado para arribar a un juicio unánime de culpabilidad o de inocencia del imputado, sin explicar claramente la posibilidad de declarar 'estancado' el juicio por inexistencia de unanimidad; circunstancia que permite una confusa convicción acerca de una imaginable obligación del Jurado de llegar a la unanimidad”.



Respecto a este señalamiento a propósito de la unanimidad por parte del STJ, la Asociación de Juicios por Jurado expresa en un comunicado que ese argumento “parece proponer como ‘obligatoria’ la instrucción sobre el estancamiento del jurado y, lo que es peor, incorpora su omisión como una causal de nulidad del juicio. Tal cosa es un verdadero despropósito. El jurado estancado no es una opción de veredicto en ninguna parte del mundo”.



Con esta medida el juicio debe volver a realizarse para juzgar otra vez a Julián Christe, que es hijo de la ex jueza en lo Civil y Comercial de Paraná, Ana María Stagnaro: “En los fundamentos de por qué se debe volver a juzgar a Christe se apunta a un mal desempeño del juez técnico y se pone en jaque al promovido juicio por jurados”, explica Sandra Miguez, periodista y autora del libro Crímenes menores, Género y Poder Judicial, la trama en disputa. Según Miguez, que viene siguiendo el caso de cerca, el fallo del Tribunal superior también acompaña el reclamo de la defensa de Julian Christe, a cargo de Mariana Barabitta: “La abogada defensora puso en dudas la utilización de una fotografía, el desempeño del médico forense así como de otros técnicos y especialistas que tuvieron participación en el juicio. No constituyen defectos sustanciales ya que del informe autópsico y de la declaración testimonial del médico forense ante el jurado, hubo sólidos argumentos y conclusiones donde se demostraron las lesiones encontradas en el cuerpo de la víctima y se las distinguía entre las compatibles con caída de altura y las que no”, explica Miguez.



El argumento que la defensa sostuvo a lo largo del proceso judicial es que Julieta había consumido alcohol y cocaína, salió al balcón, se apoyó de espaldas y cayó.



Según Miguez este fallo da cuenta de una enorme interna que hay puertas adentro del Poder Judicial y también pone en jaque todo el andamiaje que intenta democratizar a la justicia a través del juicio por jurados: “Es un intento de acercar a la justicia a una dimensión más humana y considerar particularmente los casos en el contexto de violencia de género, un nuevo paradigma que se impone como una urgencia frente a la cantidad de femicidios que se suceden a diario en el país” concluye.



La querella y la fiscalía confirmaron que van a recurrir la decisión dispuesta por la mayoría de los jueces Claudia Mizawak, Daniel Carubia y Miguel Giorgio (este último fue el voto en contra de la anulación).



Este proceso judicial pone en evidencia, una vez más, el largo camino que se debe recorrer en busca de la verdad pero también abre interrogantes sobre el mecanismo del juicio por jurados dentro del sistema judicial: “Hay un sector que está en contra del juicio por jurados porque creen que son atribuciones que solamente les corresponden a ellos” dice Miguez sumando una complejidad más al enorme entramado que compone el sistema judicial.

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