Policiales

El playero atacado en Buenos Aires es correntino y sigue grave

Arturo López, de 66 años, es oriundo de Curuzú Cuatiá y pelea por su vida luego de que un joven lo golpeara porque encontró su auto rayado. El fiscal pidió la detención del atacante.

Un playero correntino, oriundo de Curuzú Cuatiá, está en terapia intensiva y con pronóstico reservado desde el pasado viernes cuando un joven de 17 años le dio un golpe de puño. Al parecer el ataque se produjo por un rayón en su auto.

El trabajador, de 66 años, Arturo López, tras recibir el golpe se desplomó e impactó con fuerza contra el suelo. Quedó inconsciente tendido sobre el piso del lugar, ubicado en calle Moreno al 800, en el microcentro bonaerense.

Todo quedó grabado en cámaras de seguridad y las imágenes se viralizaron con rapidez. Desde ese momento López pelea por su vida en una clínica privada del barrio de Flores. Por su parte, el fiscal de Menores porteño, Mauro Tereszko, pidió la detención del joven de 17 años que lo golpeó.

El acusado, por su parte, se presentó ante la Justicia y su defensor, José Pereyra, aseguró que el acusado tuvo una “reacción instintiva”.


Agostina López, la hija del playero, pidió oraciones para su papá. También agregó que espera que la Justicia sancione al menor acusado de la agresión. El caso de Arturo López es uno de los tantos que decidieron emigrar de la provincia de Corrientes y en su caso como integrante del Ejército Argentino, donde permaneció hasta el 2008 cuando terminó su carrera militar.

Desde entonces trabaja en ese estacionamiento, según relataron sus hijas Agostina y Florencia López, quienes además revelaron que conservan el teléfono de su papá que no para de sonar con llamadas provenientes de Corrientes, Buenos Aires, y también de la cuadra de Moreno al 800, donde trabaja desde hace 13 años.

Cuando ocurrió el ataque, la noticia primero llegó a Curuzú Cuatiá donde nació su padre. Allí tiene familiares y pasó la mayor parte de su juventud. Un empleado del estacionamiento tomó el celular de Arturo, buscó en el registro de llamadas y marcó uno de los últimos números. Era el teléfono de su mejor amigo, quien desde Curuzú Cuatiá se comunicó con otra familia, que a su vez contactó en Buenos Aires a Mirian Luna, la exesposa de Arturo y madre de sus dos hijas.

BUENOS AIRES

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