El dolor después del dolor. La despedida después de la tragedia. Familiares y amigos de los dos jóvenes misioneros fallecidos en el camping municipal de Ituzaingó, Corrientes, a raíz del alcance de una rayo, despedían sus restos ayer domingo por la noche en Posadas y Capioví, respectivamente.
Luego de la correspondiente autopsia, ordenada por la Justicia de la provincia vecina y llevada a cabo en Cuerpo Médico Forense Judicial en la capital correntina, los cuerpos fueron liberados y entregados a sus familiares.
Ya en horas de la tarde noche, ambos velorios se desarrollaban en un clima de suma tristeza e impotencia. Juan Manuel Salinas (24) era velado al cierre de esta edición una funeraria ubicada sobre la avenida Lavalle de Posadas, mientras que los restos de Juan Leandro Hartman (20) ya habían sido trasladados al interior provincial.
En la ceremonia del joven posadeño se vieron imágenes muy dramáticas y familiares muy conmovidos, inmersos en un llanto que no podía ser contenido por los presentes del lugar.
Cerca de las 20 varias personas, entre ellos muchos jóvenes, llegaban al lugar para darle el último adiós.
Por razones lógicas los familiares no quisieron dar declaraciones a los cronistas de este medio que se acercaron al lugar, algo que fue respetado. El sepelio se realizará en la primeras horas de hoy lunes.
En el caso del joven de Capioví, la despedida se realizó en el salón de la parroquia local, lugar en el cual Hartman participaba activamente con un grupo musical.
El párroco local,Carlos Chatelain, despidió al joven en sus red social Facebook expresando “No hace falta vivir muchos años, los fundamental es vivirlos bien como vos, Leandro”. La inhumación, según informó el propio religioso, quedó pactada para las 9 de hoy.
Vacaciones interrumpidas
El trágico hecho ocurrió el pasado sábado alrededor de las 7.30, cuando la mayoría de los acampantes dormía y el movimiento en el lugar era casi nulo.
Muchos habían llegado hacía poco tiempo y coincidieron que el cielo no daba indicios de los que más tarde vendría. Pero en cuestión de minutos, la tragedia los despertó a todos.
“Fue una situación terrible. No había gente despierta pero la explosión fue tan fuerte que en ese instante se levantaron muchos, salieron de sus carpas y empezaron a gritar, a correr buscando dónde refugiarse porque recién ahí se dieron cuenta del temporal que se venía”, expresó del sábado en horas de la tarde a El Territorio Camila, una joven que había llegado desde Corrientes con amigos.
Agregó que “un rato antes había caído un rayo pero se escuchó re lejos, generando un corte de luz en la zona, después hubo un segundo y el tercero directamente movió todo el suelo. Ese fue fatal”.
La mayoría de los presentes, entre la desesperación y el desconcierto por los estruendos y las descargas, buscaron refugio en el quincho del establecimiento. La imagen era de personas tiradas en el piso, personas pidieron ayuda y la carpa de las víctimas totalmente desintegrada.
“Nadie sabía qué pasaba afuera, todo era corridas, empujones y gritos. Ni queríamos salir de ese lugar hasta que vinieron los patrulleros de la Policía, bomberos, ambulancias. El cielo se abrió y nos acercamos hasta el perímetro que habían hecho, ahí vimos a los chicos fallecidos entre lo que quedó de las carpas”, detalló la entrevistada.
Desde la Municipalidad local expresaron el domingo que se tomaran medidas restrictivas en lo que queda de la temporada en el predio y aclararon que el lugar no cuenta con un seguro de vida para los visitantes. No trascendieron más medidas por parte de la Justicia interviniente.