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Durante una audiencia por su liberación, Castillo asegura que "jamás" renunciará

El ex mandatario lo declaró en una audiencia judicial virtual en la que se evaluó una apelación a su detención preliminar de siete días y cuyo resultado se conocerá esta tarde.

El expresidente peruano Pedro Castillo aseguró este martes que jamás renunciará al cargo, instó a la policía y militares a frenar la represión contra los manifestantes que exigen elecciones generales y su liberación, y responsabilizó a la mandataria Dina Boluarte por el “feroz ataque” a los ciudadanos.

"Jamás renunciaré ni abandonaré esta causa popular que me ha traído acá. Desde acá quisiera exhortar a las fuerzas armadas y la policía nacional que depongan las armas y dejen de matar a este pueblo sediento de justicia", dijo Castillo en una audiencia judicial virtual en la que se evaluó una apelación a su detención preliminar de siete días y cuyo resultado se conocerá esta tarde a las 15.30 (las 17.30 de la Argentina).

"Estoy injusta y arbitrariamente detenido, no estoy por ladrón, por violador, ni corrupto ni matón", agregó.

"Nunca he cometido delito de conspiración ni rebelión", acotó dirigiéndose al juez supremo César San Martín, el mismo magistrado que condenó en 2009 al expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

La detención de Castillo

Castillo fue detenido por la policía hace exactamente una semana, tras anunciar la disolución del parlamento y luego de ese ser destituido por el Congreso.

Durante el cuarto intermedio de la audiencia, Castillo volvió a usar sus redes sociales para insistir en su reclamo a las fuerzas de seguridad y embestir contra Boluarte, a quien el lunes ya había llamado “usurpadora”.

“Ante los graves hechos de masacre a mi pueblo, exhorto a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas a deponer las armas a fin de parar el derramamiento de sangre de mi pueblo”, escribió Castillo, y publicó la foto del texto, con su letra, en trazo negro sobre un papel cuadriculado.

Y agregó, dirigiéndose directamente a Boluarte: “Mire el lugar que ocupa. La hago responsable a usted y todo su círculo que la acompaña del feroz ataque a mis compatriotas”.

Finalmente, Castillo, detenido por la policía hace exactamente una semana, tras anunciar la disolución del parlamento y luego de ese ser destituido por el Congreso, hizo “un llamado” al pueblo “para seguir alertas y optimistas”.

La vicepresidenta Dina Boluarte asumió inmediatamente la jefatura de Estado, como prevé la Constitución, lo que desató una ola de violentas manifestaciones en su contra, con rutas bloqueadas en 13 de las 24 regiones del país, según un balance de la policía.

Las regiones más agitadas se encuentran en el sur, donde está la turística Cusco y Arequipa, segunda ciudad del país, y en la región natal de Boluarte, Apurímac, convertida en epicentro de las protestas.

En el norte las regiones más convulsionadas son La Libertad y Cajamarca, cuna de Castillo, informó la agencia de noticias AFP.

En Lima las protestas también se han tornado violentas, con enfrentamientos entre manifestantes radicales y policías en una desigual batalla campal callejera donde unos usan armas artesanales y piedras, mientras que los agentes apelan a armas de fuego y gases lacrimógenos.

Varios gremios agrarios e indígenas convocaron a un "paro indefinido" en demanda de elecciones generales.

Su repercusión se desconoce todavía porque afecta principalmente a zonas rurales de Perú, pero ya provocó la suspensión del servicio de trenes entre Cusco y la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo peruano.

El aeropuerto de Cusco fue cerrado asimismo en la noche del lunes luego de que manifestantes intentaran tomarlo, dejando a centenares de pasajeros varados.

Boluarte busca negociar con el Congreso el adelanto de elecciones generales de julio de 2026 a abril de 2024.

El miércoles pasado, Castillo ordenó en un mensaje al país la disolución del parlamento y la intervención del sistema judicial, horas antes de que se debatiera su destitución por presunta corrupción tras un año y medio de Gobierno durante el cual había enfrentado repetidos intentos por sacarlo del cargo.

Fue detenido por sus guardaespaldas cuando se dirigía a la embajada de México para asilarse. La fiscalía, que lo investigaba por corrupción, le imputó el delito de "rebelión" y "conspiración" en flagrancia.

PERÚ CASTILLO

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