La aviación de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos atacaron una reunión en una casa particular, en la que estaban varios jefes militares del grupo islamista, en el distrito de Al Baach, a 120 kilómetros al oeste de la ciudad de Mosul, en el norte del país.

 

El comandante de las fuerzas kurdas, más conocidas como peshmergas, para las zonas al noreste de Mosul, Loqman Keli al Jansuri, informó a la agencia de noticias EFE que al menos dos jefes militares del EI fallecieron en el bombardeo.

 

Este nuevo asesinato selectivo se suma al que realizaron los aviones estadounidenses el jueves pasado, cuando presuntamente mataron, también cerca de Mosul, a Ali al Asuad, el responsable de los servicios secretos del EI.

 

Desde el primer avance masivo del grupo islamista radical a mediados de 2014, sus principales bastiones se concentran en el norte y el oeste del territorio iraquí, al igual que en las zonas fronterizas en Siria.

 

Por eso, mientras Estados Unidos intenta debilitar a la milicia en el norte con bombardeos cotidianos, en el oeste, el Ejército iraquí se prepara para lanzar una nueva ofensiva y recuperar definitivamente el control de la ciudad de Fallujah, una localidad ubicada a sólo unos 100 kilómetros de Bagdad, la capital del país.

 

"Instamos a todos los ciudadanos que todavía se encuentran en el interior de Fallujah a que se preparen para salir de la ciudad por los caminos seguros, que les serán indicados próximamente", anunció este domingo la Célula de Información Militar en un comunicado.

 

Este anuncio fue interpretado como el preámbulo de una ofensiva terrestre y aérea para recuperar la ciudad, que fue tomada por el EI, junto con gran parte de la provincia occidental de Al Anbar en 2014.

 

Desde entonces, el Ejército iraquí, con ayuda de Estados Unidos, logró recuperar el control sobre Ramadi, la otra ciudad importante de esa provincia, pero los islamistas siguen fuertes dentro de Fallujah.

 

El mes pasado la ONG Human Rights Watch denunció que los habitantes de Fallujah sufren una grave situación de hambruna debido al bloqueo que mantienen el Ejército y las milicias tribales aliadas desde hace meses, en un esfuerzo por debilitar a la milicia antes de comenzar la ofensiva militar.