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Argentinos crearon un horno para descontaminar y reutilizar barbijos

Un grupo de profesionales del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales del Conicet (Ipatec) y de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) crearon un horno para la reutilización de barbijos que, en un trabajo conjunto con el área de Ingeniería de Groupe PSA Argentina, permite descontaminar más de cien tapabocas por hora.


La iniciativa, explicó Diego Libkind, doctor en Biología y director Ipatec, surgió a raíz de un informe del Instituto sobre la importancia de usar barbijo en la vía pública y la necesidad de Peugeot Argentina de equipar a su gran planta de empleados con este insumo durante la jornada laboral. Si bien la automotriz será la encargada de producir este nuevo equipamiento, "tanto los planos como los detalles del diseño" deberán ser puestos a disposición "de manera que cualquiera pueda replicarlo sin más costo que el de los materiales y la fabricación en sí", aclaró el biólogo.

"A raíz de ese informe, la empresa Peugeot Argentina, en función de la gran cantidad de empleados que tiene –que ronda el millar–, comenzó a evaluar la manera de producir los barbijos para equipar a sus trabajadores en el contexto laboral", relató el científico patagónico a la agencia Télam.

Si bien la idea inicial de Peugeot era producir los barbijos descartables en cantidades industriales, motivo por el que la compañía se contactó con los investigadores del Ipatec en busca de asesoramiento, “se empezó a charlar sobre cuestiones alternativas" considerando que una producción de esa cantidad de barbijos de descarte "sería de impacto ambiental muy fuerte, además del costo que implica la fabricación y así es que apareció la idea de desarrollar alguna estrategia de reutilización", agregó Libkind.

Cómo funciona el horno para barbijos

Con ese objetivo en mente, se planteó un trabajo conjunto entre ingenieros, técnicos y diseñadores de la empresa junto con ingenieros y microbiólogos del Ipatec para diseñar un horno que cumpliera un rol sanitizante. Este horno, explicó el especialista, a través del calor seco cercano a ochenta grados y un sistema conectivo, que le permite que la temperatura sea homogénea en todos los puntos del compartimento, puede descontaminar más de cien barbijos por hora, resolviendo tanto la higiene como el cuidado del ambiente.

Según aclaró Libkind, la fabricación del horno quedará en manos de la empresa “y no del Ipatec", pero la automotriz tendrá que poner "a disposición tanto los planos como los detalles del diseño de manera que cualquiera pueda replicarlo sin más costo que el de los materiales y la fabricación en sí".

"Gracias a esta interacción, lo que se planteó fue tratar de hacer un diseño de bastante fácil acceso, sin complejidades tecnológicas pero eficaz, y dejando los datos más importantes del equipo abiertos para que cualquier interesado, empresa o individuo, lo pueda utilizar para hacer su propio horno de reutilización", agregó el biólogo.

La empresa automotriz, además, deberá producir un número mayor de los hornos de los que necesita para donar los restantes a instituciones públicas: "Ese fue el acuerdo del intercambio", aseguró Libkind.

Certificación

Un instituto del Conicet y de la CONEA en Bariloche van a ser los encargados de certificar que los ciclos de calor no perjudiquen la mecánica de los barbijos de mayor demanda en salud, que son los N95, y definir un número máximo de reutilizaciones posibles para este tipo de barbijo.

"Con esta información y estos protocolos que surgirán de este estudio se podrá donar, seguramente, no solo el equipo, sino la forma de uso y la certificación de efectividad a las instituciones de salud que requieren mayor rigurosidad", concluyó el científico.

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