Por Daniel Caran
Concluimos un mes complicado, diría, dramático ante un nuevo aluvión de despidos de trabajadores en diferentes organismos estatales. Algo que se replica en el sector privado. Se conoció además la nueva estadística del INDEC en materia económica y social. Corrientes supera el 41% de pobres donde cómodamente caben los trabajadores de la administración pública local debido a que no logran superar, con sus ingresos, la canasta básica de alimentos.
En medio de toda esta situación no sabemos a dónde vamos, es decir, el gobierno nacional a través del Presidente sí nos dice que a donde vamos estaremos mejor y que para debemos atravesar un vía crucis. Sin embargo, más allá de la esperanza que podamos abrigar no son buenas las perspectivas.
Quizás por esas esperanzas la imagen del Presidente sigue siendo alta en materia positiva. Es lo que más desconcierto genera para los encuestadores y para la oposición que es como un perro que trata de encontrarse la cola para mordérsela, y así, confirmar que aún sigue vivo.
En Corrientes tenemos un contraste atroz. En lo que va del año en el primer trimestre hubo un incremento general de salarios estatales del 30% frente a 225% de tarifas energéticas y 500% en el transporte público de pasajeros que para este mes de abril seguramente alcance los $1.000.
Sin embargo el gobierno local sigue apoyando a ojos cerrados el programa económico nacional que también el pasado viernes santo decidió cortar a 13 provincias los fondos previsionales que enviba mes a mes, entre esos distritos está Corrientes. Lejos de aquel libreto de discriminación que tantos años agitó la administración local ante los gobiernos nacionales del PJ (kirchnerismo), ahora, ante semejante corte de recursos opta por el silencio total.
Extraño experimento al que asistimos desde el pasado 10 de diciembre de 2023 donde un Presidente califica de “asociación ilícita al Estado”. Estado del cual él es el máximo jefe.
Los despidos lamentablemente seguirán y una importante porción del desguace del Estado es la comunidad científica y la educación en todos sus niveles. La universidad está en alerta desde hace mes y en Corrientes tampoco se escuchan críticas en ese sentido.
Nos queda entonces abrazarnos a la esperanza y al encuentro con el otro para poder unirnos como comunidad y soportar estas recetas económicas que ya se probaron en otros tiempos y nada terminó bien. En tiempos pascuales seguramente volveremos a resucitar de esta pesadilla y encauzaremos la construcción de un país y provincia que pareciera ser que nunca terminan de fundarse.
Por Daniel Caran
