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Mujeres de hoy

Bonnie Garmus, la novelista más leída: "Escribí mi primer libro a los 60 años bien cumplidos"

Elizabeth Zott, la protagonista de esta original novela, es madre soltera y se ha convertido en la estrella de la televisión cómo conductora de un programa de cocina. Pero el éxito le enseña su lado oscuro, ya que a medida que su popularidad aumenta lo hacen también sus detractores masculinos, asustados e indignados al ver cómo Elizabeth está provocando a las mujeres a desafiar las reglas sociales y a cuestionar su lugar en el mundo.

La "madre" de esta singular protagonista se llama Bonnie Garmus y nació en Seattle, "una ciudad en la que llueve prácticamente todo el tiempo. Desde que vivo en Londres estoy feliz porque veo más el sol que en mi ciudad natal", afirma durante la entrevista que hacemos en Barcelona, dónde llega para firmar libros en el día de Sant Jordi. Rubia, con una mirada profundamente azul y una sonrisa amplia que despliega durante toda la charla, deja ver por su complexión atlética y su actitud energética que el deporte tiene un papel crucial en su cotidianidad.Copy writer y redactora técnica para empresas médicas, científicas y tecnológicas, llegó a la literatura con propósito de denuncia pasados los sesenta años. Y lo hizo por la puerta grande.

Su perro se llama 99. ¿Debido a que a la 98 va la vencida?
Sí, escribí mi primera novela con 60 años bien cumplidos. Cuando la acabé la presenté a 97 editoriales, y recibí 97 rechazos. La respuesta 98 fue de una agente literaria que me felicitó por mi estilo narrativo y me animó a seguir escribiendo. Su consejo fue que empezara otra novela, pero que no tuviera 1000 páginas, cómo la primera. Ese fue el motivo por el que me decidí a escribir Lecciones de química.
El suyo es un caso excepcional. No es frecuente publicar por primera vez a los 64 años y convertirse en un fenómeno editorial.
Lo sé, y para mí no es fácil digerir todo lo que me ha pasado. He trabajado mucho durante toda mi vida, y nunca pensé que podría pagar unas vacaciones de ensueño con mi marido y mis hijas con los beneficios de mi novela. Pero, aparte de esto, sigo llevando el mismo ritmo que antes, hago el mismo horario que cuando trabajaba cómo copy writer, sólo que ahora esas horas están dedicadas a mí: promociono Lecciones de química y escribo mi próxima novela. Vivimos en la misma casa y continúo practicando deporte y viendo a los amigos de siempre.
¿El remo y la natación le han enseñado a ser perseverante y disciplinada?
El deporte forja el carácter, de eso no hay duda. Empecé a practicar natación con 5 años y nunca he dejado de hacerlo. Nadé mucho en piscinas, pero le cogí manía: el agua lleva muchos componentes químicos y lo de ir y venir continuamente me parece horriblemente monótono. Empecé a practicar natación en aguas abiertas, principalmente en lagos, y me aporta una gran claridad mental. No soy una nadadora rápida, pero disfruto concentrándome en mis brazadas, es cómo una práctica meditativa. Y a los 30 años empecé a remar, y he participado en muchas competiciones. Me gusta mucho, es un deporte que puedes practicar durante toda la vida. Uno de mis compañeros de remo tiene 93 años y está en plena forma.
¿Elizabeth Zott, la protagonista de Lecciones de química, es su alter ego?
No exactamente. Es un modelo creado por mí con el que reflejo situaciones que yo viví en mi trabajo. Los problemas que vive y los personajes con los que se encuentra son reales, pero ella es una ficción. Y para mí es un ejemplo de mujer: valiente, luchadora, resiliente, imaginativa, fuerte. Tiene grandes cualidades y una actitud ejemplarizante.
Pero ¿hasta qué punto su novela es autobiográfica?
Cuando era niña vivía con mis padres y hermanos en una casita, a las afueras de la ciudad. Nuestros vecinos eran familias cómo la nuestra, con padres dedicados al trabajo y madres que cuidaban de su casa y de sus niños. Recuerdo a esas señoras con gran admiración y también con respeto y compasión: eran cómo mi madre. Inteligentes, preparadas, educadas y trabajadoras. Pero les había tocado ejercer un rol en la vida, y lo aceptaban con resignación. Había una gran misoginia en el ambiente social en el que crecí pero, curiosamente, no había ese mismo sentimiento a la inversa, es decir de las mujeres hacia los hombres. Dudo que las mujeres de la generación de mi madre fueran felices viéndose relegadas a la esfera doméstica. Mi libro es un homenaje a todas esas mujeres que tuvieron que conformarse a ser sólo madres y esposas no por decisión propia, sino porque la sociedad de alguna manera se lo exigió.
Pero su madre les dio un bonito ejemplo a usted y a sus tres hermanos
Sí, ella era una enfermera muy vocacional, y dejó su trabajo cuando tuvo el primer hijo. Muy a menudo nos hablaba de lo mucho que le había gustado su profesión. Cuando crecimos, se recicló y volvió a ejercer de enfermera y ese regreso a la esfera laboral la hizo muy feliz.

Lecciones de química, de Bonnie Garmus

Lecciones de química, de Bonnie Garmus

19,95 euros

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Fuente:https://www.telva.com/cultura/2024/05/01/662f666a01a2f1d01b8b459a.html

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